Lena:
Desde hace tres días que Kara no se me acercaba en absoluto, ella simplemente había optado por quedarse encerrada en su habitación o en su despacho. No puedo negar que me sentía sola sin sentir que estaba dando vueltas a mi alrededor para conseguir cualquier burrada, o que se empeñaba en joderme. El enorme departamento en el alto del edificio no ayudaba a que me sintiera menos sola, pues era común que ningún sonido interrumpiera el silencio absoluto que bañaba esas paredes.
Como ya se me había hecho costumbre, me encontraba almorzando sola, pues Kara no salía de su habitación hasta que yo me terminaba de comer y me levantaba para desocupar el comedor. Hoy no era la excepción, había desayunado sola, había cenado sola y se me habían hecho las 4 de la tarde completamente sola; ni un empleado se había cruzado por mi vista, ni siquiera Zor-El, esa chica simplemente parecía desvanecerse dentro de su propia casa.
El portazo advirtió que era hora de irme a algún lugar que no fuese el living, pues Kara estaba dispuesta a utilizar el espacio, pero ni siquiera alcance a tomar la manta que cubría mis piernas, porque ella me tomó con fuerza del brazo y me hizo verle a la cara.
-Tengo que hablar contigo.
Pareció curiosa por alguna razón, pero no solo eso, sino que también triste, con los ojos un poco más hinchados, con los labios en extremo rojos, con ojeras que marcaban su cansancio, con una profunda línea de expresión entre sus cejas, la cual no parecía relajarse en absoluto. Sus ojos imploraban, pero no sabia por que, simplemente no lo podía leer.
-No tengo nada que hablar contigo Zor-El. - Le respondí desafiante. Soltandome de su agarre con fuerza. - ¿Por qué mejor no sigues ignorando mi presencia en este maldito lugar?
Ella volvió a tomarme con fuerza.- Dije.- Comenzó con un tono estridente.- Necesito hablar contigo.- Terminando por bajar poco a poco el tono de voz.
-¡Suéltame Zor-El! - Espere entre dientes.- Me estás lastimando, bruta.
De inmediato su mano se abrió como si mi piel le quemara, tomando de inmediato ese rostro de un niño recién regañado y asustado por no saber lo que debía hacer.
-Lo siento, no... no quise hacerte daño. -Sus mismas manos fueron a apretar sus propios brazos.- Pero necesito hablar contigo.
-¡Pues entonces habla, que lo único que te he escuchado decir es que quieres hablar conmigo!
El sentido de culpabilidad llegó al instante, porque Kara simplemente bajó la cabeza apenada, incluso haciéndome creer que ese era un inutil movimiento para ocultar sus ganas de llorar, pero no podía asegurarlo, así que simplemente no dije nada.
-Yo...yo...yo quería preguntar algo. - Sus ojos subieron rápidamente para volver a bajar.- ¿Tu de verdad me odias? - Tuve que acercarme para escuchar por completo sus palabras.- ¿De verdad crees que soy un monstruo? ¿Una bestia?
Por fin sus ojitos se levantaron, enfrentando los míos para hacerme estremecer. Esos ojitos azules miraron al interior de los míos, implorando fervientemente que mi respuesta fuera no, ella estaba implorando porque dijera que no la odiaba, que no la consideraba una bestia, y de verdad deseaba hacerlo, pero el orgullo siempre es más fuerte. Porque el orgullo era lo único que tenía alguien a quien se le había robado la identidad.
-Te odio.- Susurró en un tono de voz poco convincente.- Realmente te odio. - Intente apartar la mirada, pero sus ojos parecían absorber.- Y si, creo que eres una bestia despiadada por todo lo que me estas haciendo.
Sus ojos dejaron por fin los míos, dejándome respirar con naturalidad, pero dando el espacio para la culpa, pues su mismo rostro me dejo ver que la había lastimado, que la chica con semblante frío había desaparecido para dejar frente a mí a una vulnerable muchacha que pedía a gritos un abrazo.
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La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]
FanfictionElla es una bella Rosa vendida en una subasta, la otra, es la bestia que todo el mundo le hizo creer, una poderosa altanera. La Rosa acusa a la Bestia de ser un monstruo. La Bestia llora por los maltratos sufridos durante toda su vida. La Bestia pro...