Lena:
Era muy divertido hacer ese tipo de cosas, sobre todo cuando Kara adquiría esa imagen de niña tierna y regañada, con sus mejillas sonrojado, con esos ojitos traviesos que rehúsan de cualquiera que los mirara en esos intentos desesperados de esconder lo que evidenciaba su excitacion. Después de gritarle eso a Alura, ella se había metido aun más dentro de la nevera, como ese simple aparato pudiera hacer todo lo que su ropa no lograba.
-¿Vas a seguir con ese pose de niña chiquita? - Pregunté entre risas.- Se supone que la que tiene 17 años soy yo, no tu.
-¡Todo es tu culpa! - Exclamo con el antrecejo fruncido.
-Yo no hice nada.- Me defenfi, pero ella me seguia mirando con esos ojos de enojo.- Solo fue una bromita.
Apareció un puchero en sus labios ese que solo podía hacer derretirse hasta el personaje más frío del mundo; ese era el puchero vivo de una niña consentida que se le quita su juguete preferido, era realmente tierna, esa hermosa mujer,mpodrrosa y casi nansa a mis manos, lograba derretirme de una manera que nunca creí posible.
-No me gusto la bromita.
Me moría de ganas por besarla, por abrazarla una vez más, porque ella se acercara para que estuviera al alcance de mi mano.
Kara era esa especie de mujeres que captaba mirada de ambos sexos por donde pasara, pues su belleza innata y esa imagen misteriosa no hacia mas que crear una especie de campo magnético a su alrededor, pero no solo eso, yo habia visto, además, la parte tímida e insegura de ella, esa que buscaba aceptación y cariño sin importar que eso significara arrodillarse a los pues de alguien. Kara Zor-El se había ido colando de a poco en mi corazón, hasta ahora, que me sentía cómoda con ella me sentía feliz de estar a su lado.
-No me hagas esa carita.- Medio suplique balanceando mis pies que ko alcanzaban a tocar el suelo.- Ven aquí para darte unos mimos.- Ella negó con fuerza.- Kara, ven, solo quiero un abracito.- Ella volvió a negar.- Que vengas.
-No.- Respondió con esa voz ronca.- Porque, ...es que tu me abrazas y me besas de esa manera, y luego esta cosa se me pone dura, porque no puedo evitar que eso pase, pero tu no haces nada para que se baje, y después me toca ir a ducharme con agua helada o hacer algo realmente tedioso para que se baje.- No pude evitar reír por sus reclamos de adolescente hormonada.- Y encima te ries de mi.
Me reclinado un poco hacia adelante.- Ven princesa, no seas testaruda, así que ven.- Pese a que ella negó, insisti.- Princesa, ven para aca, tu me subiste y tu me tienes que bajar, porque yo no alcanzó el suelo, y si quieres comer, yo tengo que hablar.
Ella se acerco a mi luego de cerrar la puerta de la nevera, rehusandose un poco más de a acercarse, jugando un poco con los bordes de su camiseta, estirando las piernas de sus boxer para estar más cómoda, volviendo a mirarme como cuando un cachorrito esperando su regaño. Finalmente, y luego de todo ese trámite, se acerco para tomarme de la cintura con la intención de bajarme, pero no es lo que yo tenía planeado.
Apenas sus manos tomaron mi cintura, yo enrede las piernas en su cintura para tirarla hacia mi, provocando un gemido poco disimulado apenas sus caderas chocaron con las mias. Antes de que ella entrara en razon, eche las manos a su cuello, dando sutiles caricias a su hermosa cabellera salvaje de recién despertada.
-¿Por...por que me haces esto? - Lanzo frustrada apoyando su cabeza contra la mía.- Sabes lo que provocas.
-¿Te molesta? - Esta vez, las preguntas no irian en favor de molestar, solo las haría para detenerme en el punto que ella se sintiera incomoda.
-No.
-¿No te gusta? ¿No...no...no me deseas? - Pregunté lo último con cierto temor quizás ella no quería llegar a ese punto conmigo, quizás no me deseaba.
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La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]
FanfictionElla es una bella Rosa vendida en una subasta, la otra, es la bestia que todo el mundo le hizo creer, una poderosa altanera. La Rosa acusa a la Bestia de ser un monstruo. La Bestia llora por los maltratos sufridos durante toda su vida. La Bestia pro...