Capítulo 38.- Hora de pujar.

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Kara:

Parecía que mi cerebro había tomado la idiota decisión de actuar en cámara lenta justo en este momento, porque lo único que había atinado a hacer en el mismo momento en que ella había dicho que lo bebés venían en camino.

-¡Kara, reacciona! - Chasqueó los dedos frente a mi para despabilarme.

Asentí de manera inmediata.- Estoy calmada.- Comencé a decir más para si misma.- Estoy muy calmada, todo irá bien.- Tomé con extrema calma y cuidado una de mis sudaderas para ponerla sobre mis hombros.- Todo está bien, ambas estamos calmadas.- Era ridículo, completamente, pero solo quería calmarme a mí misma.

-¡Kara! - Me gritó para que dejara de hacer el ridículo.

Eso fue suficiente, solo me tiré la ropa encima.- ¿¡Dónde demonios están mis llaves!? - Salí corriendo como una desquiciada en dirección a la sala, ahí donde estaba el bolso que nos habían aconsejado preparar para cualquier eventualidad.- ¿¡Dónde carajo están mis malditas llaves!? - Justo cuando creí encontrarlas, una mesa del demonio se atravesó en mi camino, mandándome de cabeza al suelo.

-¿Kara? - La voz preocupada de Lena me devolvió a la realidad. - ¿Qué pasó?

-¡No te levantes! - Jadeé levantándome a duras penas.

Tomé las llaves, tomé el bolso y salí corriendo a buscar a Lena, quien se encontraba respirando pausadamente mientras sus manos sujetaban su barriga inmensa. Tomé sus bracitos para ponerlos alrededor de mi cuello, impulsando su cuerpo hacia arriba, teniendo la precaución de usar mis propias manos en la parte baja de su panza, como si quisiera evitar que la gravedad la tirase abajo.

-Ya vamos Lena, ya vamos.- Ni siquiera sabía lo que decía, simplemente soltaba lo primero que venía a la cabeza.

Con cuidado pasé mis manos por la parte trasera de sus rodillas, alzándola para llevarla conmigo hacia el carro, y sinceramente no sabía cómo diablos estaba manteniendo la cordura en este momento, porque lo único que quería era terminar en el sueño y gritar como si el diablo me estuviese apretando el cuello de manera agresiva. En ese momento no me podía permitir eso, no ahora, no cuando ella me necesitaba en mis cabales.

Tomé su mano mientras conducía como una completa loca, casi arrollando a viejitas lentas en el intento de atravesar alguna calle tranquila, mientras tanto, Lena intentaba no gritarme por ser una completa loca, incompetente y loca mal educada, apretando mi mano cada vez que algo así pasaba. Finalmente, logramos llegar a la clínica con vida y sin matar a nadie en el intento, pero con una Lena aún más histérica que en un principio.

-¡No pienso volver a subir a un maldito auto que te tenga como conductora! - Gimió completamente frustrada y furiosa.

La miré desorientada, incluso un poco espantada.- No puedes conducir cuando salgas de la clínica.- Hablé más rápido de lo que mi cerebro pudo procesar.- Tu...tu...tu no conducirás.- Era idiota simplemente que lo pensara.

Lena ni siquiera sabe conducir.

-¡Llamaré a Maggie! - Gruñó mirándome con furia.- ¡LLÉVAME DENTRO MALDITA SEA!

¿Qué hacía ahí parada como una soberana huevona? Tenía que llevarla dentro.- Si mi amor.- Susurré con rapidez, tirándome fuera del coche para cargarla en dirección a la recepción, atropellando a cuanta enfermera me intentaba detener para que le dijese las razones por las razones por las que divagaba como una maldita loca por las secciones de la clínica.

-Lahey.- Jadeé rezagada en el mesón principal de maternidad.- Necesito a Lahey.

-Él no está en la clínica esta noche.- Dijo la enfermera con cierta calma que me estaba desesperando.- ¿En qué la puedo ayudar? Quizás podamos contactar otro doctor.- No, yo no quería a otro, quería a Lahey, porque él era quien sabía todas las condiciones que sometían a mis bebes.- Solo debe calmarse y decirme que es lo que necesita.

La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora