Capítulo 56.- La Bella y La Bestia.

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Lena.

Con cuidado tomé a la pequeña Lori que sonreía tan inmensamente que apenas se podía resistir a tomarla en brazos y estrujarla hasta que sus pequeñas carcajadas saliera tan fuerte que nadie más se podría resistir. La niña, muy por el contrario de su hermano, parecía extrañamente emocionada, mientras el niño parecía estar inmerso en sus pensamientos mientras acogotaba fielmente el conejito que le regaló su otra madre.

-¿Qué pasa, cielo? - Susurré haciendo cosquillas en sus pequeños piecitos.- ¿Por qué estás tan malhumorado?

Los ojitos trémulos terminaron por fijarse en mí, dándome a entender que no quería ser molestado, pero más allá de eso, necesitaba que alguien le diera esa tranquilidad que no tenía del todo.

-¿Quieres un abrazo, así como tu hermana? - Lori de inmediato lanzó un chillido de aprobación, causando un sobresalto en él que se transformó en un puchero profundo.- No, vida, no llores.- Susurré mientras hacía malabares para poder cargarlos a ambos.- No llores, tu hermana solo quería compartir su entusiasmo por estar juntos.

De inmediato, Lex escondió su cabecita en mi cuello, completamente compungido por la vergüenza de haber estado a punto de llorar por algo tan simple; Lori también sintió esa desazón de su compañerito, así que no dudó en picar su mejilla con cuidado, para luego tomar su con su manito gordita la de él.

-¿Lo ves, príncipe? - Susurré picando su mejilla con un beso distraído, obteniendo un manso chillido de su parte.- Tu hermanita no se enojó contigo, solo quiere darte cariño porque eres a quien más quiere.

Un suspiro ahogado a mis espaldas llamó mi atención, pero no solo eso, sino que el hecho de que Lori lanzara carcajadas deliberadas y que Lex alzara torpemente la comisura del labio para dar, lo que él consideraba, una sonrisa de felicidad.

-¿Mamá? - Pregunté a los aires, pero solo obtuve otro suspiro de vuelta.- ¿Suegra? - Esta vez, solo fueron pasos apresurados y un reconfortante calor en mi espalda.- ¿Suegro? - Estaba segura de que no era él, pero no quería hacerme ilusiones que luego terminarían por romperme el corazón de una forma demasiado cruel como para soportarla.

Unos brazos fuertes tomaron posesión de mi cintura, estrechándome con tanta fuerza que pensé fusionarme con esa persona, tan cálida que el solo hecho de estar pegadas de esa forma me hacía sentir segura. Era una calidez que sin importar lo que pasara, siempre reconocería; era mi Kara, mi esposa estaba ahí conmigo, besado mi hombro y pasando delicadamente sus dedos por los piecitos descalzos de nuestros hijos.

-Yo... yo...- La voz quebrada de ella me indicó que estaba a punto de llorar.- Es que...- Estaba tan abrumada con sus propios sentimientos, que ni siquiera podía ponerlos en palabras. Opté por atrapar sus dedos justo cuando pasaban sobre mi mano.- Me hiciste tanta falta.- Soltó en un suspiro cuando nuestros dedos se entrelazaron.- Me hicieron tanta falta.

-Amor.- Suspiré aliviada.- Mi amor.

-No... no sabes lo... lo mucho que extrañé abrazarte.- Murmuró.

Con cuidado me giré entre sus brazos, encontrándome con los ojos emocionados del amor de mi vida y con la conmoción viva, entonces, dos pequeños chillidos alegres llamaron su atención, siendo esos últimos impulsores para que las lágrimas se deslizaran por sus mejillas sin ningún impedimento. La vi caer de rodillas y por un momento pensé que de alguna forma, ella venía lastimada.

-Mi amor.- Quería tanto acariciarla, pero los niños seguían aferrados a mi camiseta y algo inquietos a ver a su mami.- Amor, ¿estás herida? - Negó con fuerza, apretando las manos en mis caderas.- ¿Necesitas algo? - Esta vez asintió, pero no despegó su rostro de mi camiseta.- Kara, por favor, háblame.

La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora