Capitulo 3.- Corazon Roto

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Corazón Roto.

Lena:

Estaba enojada, muy enojada, por eso no salí en absoluto cuando escuche un golpe sordo de algo cayendo al piso, tampoco me altere cuando escuche el maldito alboroto desde afuera, solo me quede ahí dentro, completamente alterada, enojada y puteando al mundo.

Para cuando el reloj marcó pasadas las 1 de la tarde, alguien golpeó mi puerta, pero no abrí, no pensaba ceder a ninguna de las manipulaciones de esa maldita loca, esta se abrió de manera suave.

-Señorita Lena.- Llamó a una chica que había visto la noche anterior custodiando el carro de Zor-El.- ¿Quiere que le sirvamos el almuerzo en la habitación o ir al comedor?

-¡No pienso recibir nada de la loca de tu jefa!- Brame a todo lo que mis pulmones daban.

Ella respondió notoriamente frustrada.- La señorita Zor-El no se encuentra.- Respondio.- Así que ¿le servimos el almuerzo en el comedor o aquí en su habitación?

-¿No está?

-No.

-¿Y por qué no está? ¿Tardará mucho?

Vi como rodó los ojos con fastidio.- No sabría decirle cuanto demorara, pero ella le explicara las razones de su ausencia para cuando vuelva.

-¿Crees que podría dejarme salir? - Pregunte con cierta esperanza.- Es que estoy acostumbrada a ir a comprar el diario por las mañanas, y esta en especifico no lo hice porque discutí con tu jefa.- Vaya mentira, en la vida había comprado el diario y en específico no comienza ahora.

-No.

-¡¿Como?! - No lo creo, la maldita hija de puta es astuta.- ¿No me dejaras salir?

-La señorita Zor-El dejo ordenes especificas de que no le dejará salir, asi que no señorita.- Respondió en tono calmo.- No la dejare salir, y haré que le traigan el almuerzo a la habitacion, asi esta mas comoda.

Me deje caer completamente rendida sobre la cama, salir de esta casa no sería fácil, ella no me lo pondría fácil, pero tampoco me rendiré, no esperaría sumisa a que ella hiciera lo que quisiera conmigo.

Por lo pronto, de verdad estaba hambrienta, y por muy enojada que me encontrase, mi estómago no obedecía a los rígidos parámetros de mi furia, así que debía almorzar para enfrentar esa endemoniada mujer apenas atravesara la puerta principal. Kara Zor-El tendría una guerra dentro de su propia casa.

El silencio de la tarde fue agradable, por primera vez he tenido tiempo para leer el único libro que había llegado a mis manos desde que tenía 9 años, fue uno que me regaló Alex y Mira para mi cumpleaños numero 14, Veronika decide morir, una historia que definitivamente cautivaba hasta el punto de perderte en ese mundo de dolor y desesperación, un mundo que definitivamente me hacía sentir menos miserable. Cuando la noche se avecinaba sobre mi cabeza, comencé a sentirme agobiada, no acostumbraba a tener tanto silencio rodeandome.

Luego de la cena, mi oportunidad de reventarle las pelotas a Zor-El ya se habían diluido en el profundo aburrimiento de encontrarme sola y en completo silencio. Hasta que la puerta se abrió, dejando pasar a una pelinegra que parecía perdida en un mundo de preocupaciones, detrás de ella venía Kara Zor-El apoyada sobre el hombro de un hombre robusto, quien parecía caer de manera pesada sobre el sofá.

- Vasquez.- Llame a la chica que me había servido comida.- ¿Qué está pasando?

Ella hizo una mueca de disgusto.- Al parecer fue más grave que las otras veces, la señorita se ve agotada.

-¿Qué cosa?

-No me corresponde a mí decírselo, hable con ella.- Respondió para luego ayudar a la chica pelinegra a ordenar todo en el sofá.

La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora