Kara:
El día en que solucionaría mis problemas había llegado, sólo tenía que presentarme a esa subasta en ese antro de mala muerte, comprar alguna muchacha que se viera medio decente, explicarle mi plan y mis problemas con mis padres, ofrecerle un pago tentativa por guardar silencio uno o dos años y luego divorciarse e irme feliz a mi vida solitaria y tranquila.
Definitivamente no era algo que me agradara, de hecho encontraba inhumano comprar a una persona de esa manera, pero pese a mis pensamientos, nunca había hecho nada con La Casa De Las Flores. Si, era una empresaria exitosa, déspota y completamente solitaria, pero eso no significa que acapara cada idiotez que se presentaba entre los emprendedores - comerciantes; una de las cosas que no me gustaba en absoluto, era el negocio que movía Andrea Rojas en algún lugar escondido de la ciudad, pero para mí desgracia, ese negocio era la única salvación definitiva y duradera.
-Kara, llegaron las fracturas para útiles de aseo general en los hoteles.- La voz de Maggie incluso se notaba más lejana de lo que en realidad estaba.- Kara, necesito que veas las facturas.
-Dejarlas sobre el escritorio.
Maggie giró mi silla dejándome ver su rostro enojado.- ¿Qué demonios te pasa Kara?, desde hace días estás extraña.
-Me tengo que comprometer con alguien para seguir al mando de los hoteles Zor-El.- Le lancé con total amargura.
El rostro de mi amiga me daría risa si no fuese porque estaba contrariada.- ¿Y con quien se supone que te vas a comprometer?, que yo sepa, la única mujer que permites cerca de ti soy yo, y yo no me casaré contigo, a mi no me va lo que tienes entre las piernas.
-Ya quisieras lo que yo tengo entre las piernas.- Le seguí la broma, sabiendo que ella era la única que no me repudia por mi condición.- Pero no te preocupes, tengo un plan de contingencia así que no hay problema.
-¿Conociste a alguien y no le dijiste a tu mejor amiga? - Me picó con cierta picardía.
-No
-¿Entonces?
- Tú sólo espera.- Le respondí con una sonrisa ladina.- Para finales del tercer mes, mis padres tendrán una prometida en su casa, y yo seguiré administrando los hoteles Zor-El que harto trabajo que me ha costado hacerlos prosperar de esta manera tan fructífera .
- No me gusta tu cara Zor-El.- Me lanzo en ese tono de reproche.- Pero tú no cambias, pones el negocio antes que tu vida, pero bueno, ya quiero conocer a tu prometida.
No pude evitar imaginarme con alguien al lado, tomando mi mano mientras le presentó a mis padres, o a una persona que tomará mi brazo en cada evento al que me invitaban; en cierto modo era reconfortante, y quizás un pico agradable, pues toda la vida me había visto encerrada dentro de mi misma burbuja, intentando que nadie la rompiera, que nadie supiera mi secreto para que así, nadie me pudiera decir monstruo a la cara.
-Como sea, necesito que me acompañe a comprar un regalo.
-¿Para quién? - Maggie parece dispuesta a picarte hasta que le diga algo de lo que tengo planeado.
-Para mi futura prometida y es todo lo que diré.
Comencé a guardar las cosas que necesitaba en el portafolio ignorando completamente los resoplidos de mi amiga para que le prestara atención, no dude en llevarme las facturas y algunos contratos para revisar, después de todo, no había nadie que me esperará en casa. Finalmente, Maggie cerró mi portafolio para que le prestara atención.
- Si quieres que te ayude a elegir un regalo, por lo menos me debes decir lo que le gusta, o por lo menos como es.
La mire con mi mejor cara de enojo.- Le gustan los relojes, y las flores, y ya no preguntes más Maggie, porque no te diré nada más.
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La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]
FanfictionElla es una bella Rosa vendida en una subasta, la otra, es la bestia que todo el mundo le hizo creer, una poderosa altanera. La Rosa acusa a la Bestia de ser un monstruo. La Bestia llora por los maltratos sufridos durante toda su vida. La Bestia pro...