¡Feliz Año Nuevo!
Por ser Año Nuevo les dejo esto.
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Lena de Zor-El, 32 años.
Kara Zor-El, 39 años.
Lori Zor-El, 14 años.
Lex Zor-El, 14 años.
Mina Zor-El, 12 años.
Kieran Zor-El, 8 años.
Lucy Zor-El, 8 años.
David Zor-El, 5 años
Kara.
-Mi amor.- Susurré besando el perfil de su rostro, concentrándome en esa parte blanda detrás de su oreja.- Necesito que despiertes.- Ella me gruñó, pero no hizo ningún ademán de abrir sus ojitos, así que tomé sus caderas para abrazarla con fuerza.- No seas perezosa, debes despertar antes de que los engendros de Satán lleguen gritando porque se están retrasando para sus actividades.
-Cuando es sábado y son las siete de la mañana son tus engendros de Satán, no los míos.- Alegó girándose en un infinito acto de rebeldía frente a las mañanas.- Déjame dormir.
-¿Y cuando son atentos y cariñosos? - Piqué un poco más la situación.- ¿También cuentan cómo solo míos?
-No.- Farfulló con el rostro enterrado en las almohadas.- Cuando pasan de ser engendros de Satán a pequeños terroncitos de azúcar, son míos.
Mi cuerpo completo se pegó al de ella con una extrema necesidad de sentirla cerca de mí, de sentir su calor contra mi piel, la suavidad de cada parte de su cuerpo contra la palma de mi mano y como su respiración se agitaba indiscutidamente al sentir como mi erección mañanera se acomodaba en su trasero. Besé suavemente su cuello, dejando una suave marca roja por la presión, que terminaría por desaparecer a los pocos minutos.
-No seas refunfuñona.- Supliqué.- Sabes que tenemos una familia hermosa, rebosante de energía y que son tremendamente rígidos con sus rutinas programadas.
-Fue tu culpa.- Pese a que su voz sonaba enojada, su cuerpo se apretó aún más con el mío.- Tu les mostraste los folletos de todos los talleres y clases particulares que se impartían a lo largo de esta maldita ciudad.
-Luego de que ellos me dijeran que querían tener algo en que ocuparse los sábados.- Susurré.- Y luego de que casi me suplicaran que les trajera ideas de actividades que pudieran hacer por su cuenta durante esos días.
Lena solo murmuró algo incomprensible y se acomodó con mucha fuerza contra mi pecho para suspirar con fuerza por la calidez del abrazo. Ella lo sabía, sabía que no era mi culpa y que todo había comenzado con los halagos insistentes de sus mismos profesores, quienes parecían completamente maravillados por la genialidad de nuestros hijos.
Es así como Lex, David y Kieran terminaron en clases de fútbol infantil en un club de prestigio que entrenaba a chicos desde los 5 a los 17 años, Mina terminó en clases de poesía, Lori en clases de música y la pequeña Lucy en atletismo. Como todos eran actividades extracurriculares, se impartían en sábado desde las 9:30 hasta las 14 horas, así que Lena y yo siempre les hacíamos en el desayuno y luego las dejábamos en el carro destinado a hacerlos llegar a sus actividades.
Miré la hora y apenas eran las 7:32, así que decidí solo acurrucarme contra ella unos minutos más, antes de que los engendros de Satán emigraran desde sus habitaciones y formarán una Hidra gritona de seis cabeza que vociferaban contra nuestra flojera. Pero esa mañana fue diferente a las otras, pues la puerta se abrió a las 7:38 y dejó pasar a una pequeña y adormilada masa de ropa que se metió por los pies de la cama y se escabulló entre los brazos de mi esposa.
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La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]
FanfictionElla es una bella Rosa vendida en una subasta, la otra, es la bestia que todo el mundo le hizo creer, una poderosa altanera. La Rosa acusa a la Bestia de ser un monstruo. La Bestia llora por los maltratos sufridos durante toda su vida. La Bestia pro...