Niñera.

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Aidan bajó las escaleras entusiasmado, ya había conseguido toda la información que quería, y ahora que sabia donde trabajaba T/n, iría directo a ella.

Frotó sus manos con una sonrisa en el rostro, por fin, después de una semana la iba a volver a ver. Las cosas le habían salido inusualmente bien, había conseguido un permiso para poder salir como un civil sin tener que llevar a toda una tropa detrás de él para protegerlo, lo que inusualmente resultaba algo irónico tomando en cuenta que fuera uno de los primeros Cinco mejores asesinos a nivel mundial.

Irritante, egocéntrica, arrogante... Pero la volvería aver. Lo que no se esperaba, era encontrar a Valentina del otro lado de la puerta en el momento en el que la abrió.

— ¡Hola mi amor...! — Se le lanzó para rodear al castaño con sus brazos delgados.

Era en esos momentos en donde a Aidan le gustaría que el inoportuno de su primo hiciera acto de presencia para salvarle de la situación.

— Hola Vale... — se alejo algo incómodo.

— Se supone que me recogerias en el aeropuerto hace dos horas...

Aidan abrió los ojos de mas y se tensó al recordarlo, si, efectivamente había olvidado ese detalle, estaba tan inmerso en acosar de forma indirecta a una chica que era taxista, que se había olvidado de recoger a la exnovia de su primo, que por si no era suficiente, era su mejor amiga.

— De verdad lo lamento... Me...

— No hay problema corazón. —lo interrumpió sonriendo comprensiva.

Valentina siempre había tenido en claro que ser el heredero a la corona y mas a la edad del castaño de ojos verdes, no sería nada sencillo, dentro de poco le coronarían Rey y tendría que hacerse cargo de toda una nación. Ambos se conocían desde los 10 años, Valentina siempre había sido una chica cariñosa, pero con el pasar de los años, algunas de sus actitudes llegaban a incomodar a Aidan, aunque él bien sabía que ella no lo hacia de mal modo, era mas bien que él no era de demostrar mucho sus emociones.

—¡Aquí estás primo...! — Aidan se relajó al escuchar a Apolo — Tu padre quiere que vallas a su oficina.

Apolo le tomó del hombro, Aidan frunció el entrecejo y parpadeó varias veces. Aún era temprano, no queria tener una discusión con su padre, esa semana habían mantenido la fiesta en paz, Aidan no había salido de fiesta con su primo y cumplía todos y cada uno de sus deberes y responsabilidades.

Dejó a su mejor amiga y primo platicando mientras él se encaminaba a las escaleras, tratando de imaginar de que se tratarían las cosas. Tocó la puerta de la oficina dos veces antes de escuchar un "Adelante" por parte de su madre. Entonces imaginó que las cosas serían serias si su madre también estaba presente.

La sorpresa que se llevó al abrir la puerta le fue grata por unos instantes.

— No tengo ningún problema con ello señor. Sin embargo, necesitaré un mapa de rutas de todo el Castillo y las actividades del Príncipe.

T/n estaba enfrente de su padre, llevaba puestos unos pantalones negros, playera blanca, una chamarra de cuero color azul marino y unas botas que le llegaban hasta la rodilla que la hacían verse más alta de lo que ya era. Aidan se quedó pasmado apreciando la escena en ese momento, pero entonces, su cerebro comenzó a trabajar a toda velocidad.

— Oh... Señorita Salvatore... Le presento a mi hijo... Aidan Gallagher...

El Rey se levantó señalando a su hijo, la mirada de T/n se dirigió a él, algo se movió en el interior de príncipe que entreabría los labios para poder respirar. Aidan se plateó seriamente ir al medico, comenzaba a preocuparle la idea de tener parásitos.

Protegiendo a la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora