Escapada.

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T/n miró de reojo al Sr. Pierce que caminaba a su lado.

—¿Quieres hablar sobre lo que le dije a tu hija?

El mencionado la miró unos segundos antes de negar con lentitud. Conocía perfectamente a su hija para saber que había estado molestando a T/n. Y aunque no le gustara que le hablaran mal a su hija, sabía que tarde o temprano tendría que aprender a tener límites.

—No T/n. En ocaciones Katherine se sobre pasa. Así que no está mal lo que le dijiste.

—¿Entonces porque estoy contigo?

—Eres muy directa. Me recuerdas a tu padre.

Su gesto se arrugó ligeramente al llegar con los reyes y la Sra. Pierce.

El rey se levantó saludando a T/n.

—Que bueno que has venido. Tomemos aciento por favor.

El Sr. Pierce le acomodó la silla frente a los demás. T/n encaró una ceja.

—¿Qué hago aquí? Quiero saberlo sin rodeos.

—Queremos hablar sobre negocios... —dijo la Sra. Pierce.

T/n sonrió con diversión y encaró una ceja.

—¿El día del compromiso de su hija? No me parece muy apropiado de su parte.

La Reina Lauren quiso tomar la palabra para no complicar las cosas. Conocía el temperamento de la joven y nada podía salir bien si no se iban con cuidado.

—Pensamos que, eres lo suficientemente brillante como para que ya estés enterada del porque está pasando esto.

—Necesitamos una unión... —dijo el Rey— de agencias...

—Estamos concientes de que perteneces y eres dueña de la "Agencia S.L". Y que eres Número Cero.—dijo el Sr. Pierce.

T/n miró con reproche a los reyes. Últimamente su vida se estaba viendo ventilada a los demás.

—Creí que era de su conocimiento que por contrato y mi seguridad no se puede ir pregonando quién soy.

—T/n, si supiéramos qué no estás a salvo, no diríamos nada...

—Rompieron la ley.

La mirada de los reyes eran tal como dos corderos que estaban a punto de ser degollados, T/n gruñó por lo bajo sintiéndose exasperada. Miró al Sr. Pirce.

—¿Esperan que tenga una asociación con Gallagher...? — miró al Rey — Nunca me dijieron que su hijo era el quinto mejor agente a nivel mundial. La última vez puse en peligro a mis agentes, poco más de la quita parte de los míos están muertos por esto, Apolo estuvo en peligro, lo apuñalaron, tuve que asociarme con Akagetzu para poder cambiar reglas del juego y aún así Alexander murió con tal de salvar a su hijo. No me han pagado y me alegra que toquemos el tema.

—¿Cuál es el precio? —dijo la Reina.

—Diez millones de libras. ¿Para qué planea que acepte una asociación con su Agencia?

—Por qué los Pirce entramos al juego... — los miró.

—¿Es una broma? Todos los de la realeza ¿Son asesinos...?

—No T/n... —comenzó a explicar el Rey —Nuestros hijos son los que están entrando.

—¿Porqué?

—Tratamos de hacer de este reino un lugar más seguro. Tu mejor que nadie sabe que la paz tiene que mantenerse a como de lugar.

—Eso no es un buen pretexto para entrar. El mundo exterior no puede enterarse de que organizaciones cómo estas, existen. Nuestra existencia sólo sirve para mantener la paz. Establecer un orden. No por obtener poder.

Protegiendo a la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora