Nuevo plan.

68 10 1
                                    

T/n se asomó por cuarta vez en el espejo de su moto, sabia lo que estaba a punto de pasar, asi que optó por desviarse de camino para evitar poner a los príncipes y reyes en peligro, giró el anillo en su dedo medio de la mano derecha, en pocos segundos, se encontraba en el suelo y con su armadura cubriendo su cuerpo.

Gruñó poniéndose de pie y saboreando la sangre en su boca.

– Que asco... — la escupió levantando solamente un poco el casco que la protegía. Enseguida una flecha rebotó en su hombro. — ¿Porqué siempre que me quieren matar apuntan a mi hombro.?

– No es personal. Pero, sabemos que tienes muy buena puntería. Sin tu hombro, tendremos más probabilidades de seguir con vida. — sonrió uno de ellos.

– Hay contratos en tu contra, Cero. – anunció otra de ellos.

– Si... Estoy conciente. No voy a intervenir en su trabajo. Así que háganlo. — se puso en guardia.

– Sólo, déjanos matar al príncipe... Y es todo. – miró a un tercero.

– ¿Porqué? ¿Qué objetivo tiene que maten al Príncipe?

–Es un contrato, Cero... Lo sabes... – explicó el primero – Tenemos que hacerlo, aunque no queramos.

– Y si no aceptas... – miró a la chica.

– Sólo uno saldrá vivo de aquí. – anunció Cero tensando todo su cuerpo.

– Hacemos nuestro trabajo. Está estipulado en el acuerdo.

– Lo se... Pero no puedo dejar que lo toquen... El es mi contrato.

– Y ahora tu el nuestro.

Los tres se lanzaron en su dirección, patadas, golpes y giros sucedían rápidamente, aquellos agentes sabían que si querían vencerla, tendrían que despojarle de la armadura, lo que era demasiado complicado tomando en cuenta que ella la mejor agente con la que se enfrentaban.

T/n estaba reconsiderando si de verdad era necesario que les arrebatara la vida, los cuatro se habían criado y entrenado juntos, nunca se imaginó que en un futuro tendría que matarlos para asegurar su supervivencia, pero sino lo hacia ellos no iban a dudar en matarla. Esas eran las reglas, era como Charles Darwin había dicho.

"Solo las especies mejor adaptadas sobrevivirán."

Ella lo lamentaba mucho, pero hace un mes había decidido el número de vidas por las que se preocupaba y ya no tenía tiempo de agregar más. Su prioridad era el príncipe, no podía dejar que el hecho de que fueran sus amigos interviniera en ese momento.

El dedo en el gatillo de su pistola estaba listo, pero apenas apuntó a los demás cierto chico apareció lanzando golpes y patadas siendo esquivadas por Cero.

– Y ¿Este de dónde salió...?

— ¿Dónde está T/n?

Maldijo cuando recordó quien era aquel agente.

– No se de qué hablas. — lo tiró y se enderezó lanzando una bala circunferencial.

La vida era cruel, más cuando se dedicaba y era obligada a ver cómo la vida escapaba de cada una de sus víctimas. La sangre se espacia cubriendo el asfalto y hiñéndolo de escarlata, el cuerpo carente se vida de los que alguna vez fueron sus compañeros se encontraban en el suelo. Esa era la crudeza de su vida. Todos los dias, se despedía de algún amigo o compañero.

Regresó a la realidad al encontrarse de nuevo en el suelo con el nuevo chico encima de ella inmovilizándola. Se quedó un instante en el suelo mientras se recuperaba de su realidad.

Protegiendo a la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora