La playa.

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Aidan suspiró de nuevo asegurándose de que Valentina estuviera bien, a pesar de que la mencionada le repitiera infinidad de veces que lo estaba.

-Para eso me tienes... -acarició su mano -No tienes porque golpear a nadie...

-Bueno, no siempre estarás a mi lado...-respondió su amiga -T/n tiene razón cuando dice que ustedes los hombres siempre se quieren hacer lo heroicos.  Nosotras somos lo suficientemente capaces de defendernos las unas a las otras. No necesitamos de los hombres.

Aidan sonrió de lado y agradeció infinitamente a la mujer que amaba por haberla hecho más fuerte. Valentina ya no era la chica que le daba miedo hacer algo que afectara a los demás. Todo este tiempo había estado cuidando de ella, porque jamás había querido que algo malo le pasara. Valentina era su todo. Podía considerarla como su hermana.

Suspiró pesadamente.

Miró a los costados sin saber dónde estaban T/n y su primo.

- ¿Dónde están esos dos?

-Ni idea... - tomó su cerveza.

-Espero que no te vuelvas alcoholica con esto. Katherine me mata...

-Ella es una aburrida... -rieron.

-Tienes razón... -pidió otra ronda.

Después de un tiempo de risas y chistes por parte de ambos, vieron a Apolo y T/n regresar juntos. Una horrible opresión se instaló en el cuerpo de Aidan al notar lo sonrojada que estaba T/n. Sabía perfectamente a que se debía. Él conocía cada parte de ella.

Tensó con fuerza la mandíbula y se bebió una cerveza de golpe. Valentina entendió rápidamente lo que pasaba.

Una vez con ellos, T/n se sentó a lado de Valentina.

-¿Qué honda...? - pidió una cerveza y en cuanto se la dieran se la tomó de golpe -Aquí hace demasiado calor. Me voy a ahogar con todo el dióxido de carbono que me estoy fumando.

Apolo y Valentina rieron.

-Ustedes se nos perdieron - abrazó a los chicos de los hombros.

-Teníamos un asunto pendiente y urgente por terminar... -Apolo miró a su novia.

-Demasiado... -apoyo T/n que se bebió otra la cerveza de golpe.

-Creí que ya nos habían abandonado... -mencionó Aidan sin poder ocultar el tono agrio en su voz.

Los demás rieron, él siguió tomando.

Siguieron como si nada hubiera pasado. Tomando, gritando, bailando y jugando.

Para Aidan era agradable. Muy agradable. Después de tanto tiempo le sentaba bien romper las reglas y hacer lo que le viniera en gana. Se sentía libre. Rompió en carcajadas al ver como su primo cayó al suelo pensando que Aidan le había movido el banco, cuando fue el mismo Apolo quien lo hizo.

Después de varias rondas rondas, habían vencido a T/n, aunque Aidan sabía perfectamente que ella se había dejado vencer. Valentina la señaló con entusiasmo.

-¡Te toca T/n...!

-¡Paso!

-¡No...! ¡No seas tramposa...! -se quejó el castaño - ¡Te toca! ¡Cumple T/n!

-¡Si T/n... Cumple...!-secundó el rubio.

-Traidores...

Le dio otro trago a su bebida. Se quitó los tacones subiendo a la mesa con ayuda de Apolo.

-¡Ten cuidado, preciosa!-gritó Apolo.

El ridículo que había hecho aquella noche iba a quedar grabada en su memoria. Y eso estaba bien para ella, porque sería la primera y última vez que tendría la libertad de comportarse así. Como lo que era, una joven, una mujer normal por una noche. No se arrepentía de nada de lo que esa noche pasaría, viviría sin importarle nada más. Disfrutaría de su vida, por una sola vez...

Protegiendo a la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora