Esquiva, arroja, somete...

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Cero sonrió al ver la entrada de la casa de seguridad con las luces encendidas. Se miró a sí misma distinguiendo una mancha de sangre en su pecho, se apresuró a cerrar la cazadora que llevaba. Después de verse las manos le dio igual y terminó abriendo de nuevo la chamarra de su hermano. Si, era sangre ¿Y que? La diversión había valido la pena.

<<Eres una cínica.>>

— Y tú una patética. — susurró de buen humor.

Suspiró y subió los primeros escalones para abrir la puerta. La voz de su hermano resonó incluso afuera.

— ¡Y una puta mierda! ¡Más vale que la encuentren! ¡Me importa una Puta mierda si tenemos un acuerdo...! ¡O encuentras mi hermana, o todos estan muertos...!

Nadie se percató de que Cero entró con una sonrisa ególatra y miraba a los demás con diversión.

— No la vimos desde que se ha ido contigo.— explicó Ethan.

— Cubriéremos todo el perímetro. — dijo la rubia.

— Ya dejen de gritar...

Todos voltearon a verla.

Giró los ojos en el momento en el que su hermano se abalanzó sobre ella y la estrujó entre sus brazos.

— ¡Maldita idiota...! ¡¿Dónde estabas?! — se separó.

— Solamente he salido a tantear el terreno un rato. Y aproveché para hacer algo interesante. — se encogió de hombros. — No tiene nada de malo ir a divertirse. — giró los ojos.

Alexander frunció el entrecejo al notar las pupilas dilatadas de sus ojos. Se tensó al ver sangre salpicada en su barbilla, cuello y sus manos.

— ¿A esto le llamas diversión?

Los demás se acercaron.

— Mi diversión. — respondió divertida. — Ahora, si me permiten, tengo que darme una ducha. — suspiró con satisfacción — Un idiota me ha chorreado.

Alexander endureció la mirada. Abrió la boca para soltarle uno de sus tantos rollos, sin embargo, Apolo se apresuró a empujarlo a un lado para ver a su amiga. O al menos a la chica con la apariencia de su amiga.

— Quita...

Cero sonrió con cinismo cuando el rubio la abrazó. Le dio unas palmaditas con la mano izquierda menos manchada de sangre. En la parte de atrás, Aidan desvió la mirada sabiendo que no tenía derecho a decir algo. Él había ocasionado aquello.

<<¿Ahora si me regresas el control?>>

— No hagas eso de nuevo... — susurró el rubio aún abrazándola — No te vallas así otra vez... Nos asustaste Cero... Creímos que algo te había pasado... — se separó de ella.

Cero arrugó un poco el gesto.

— Ya tranquilos... No estén de llorones... Soy Número Cero... No puede pasarme algo... — dijo obvia. — lamento haberlos asustado.

Sonrió fingiendo inocencia.

— Tú hermano quiere matarnos y tú te lo tomas tan a la ligera. Como las personas a las que mataste. — reprendió Marcus.

La aludida hizo un puchero con el labio fingiendo culpabilidad

— ¿De verdad? ¡Lo lamento! — dramatizó.

Alexander y Nicolás gruñeron.

Aidan se acercó a ella. Cero lo miró con desdén antes de recargarse en el.

Protegiendo a la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora