Él sabe lo que hiciste.

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Aidan se jaló del agarre de su primo cuando corrían detrás del peligro.

–Cero está ahí, tenemos que ayudarla... — miró atrás.

– Aidan, no podemos quedarnos. Nos están esperando...

– ¡No me iré de aqui sin ella...! — retrocedió de nuevo, se giró y comenzó a caminar en dirección donde se encontraba Cero.

Alexander caminó en su dirección lleno de frustración, pensó que por ese tipo de cosas no pensaba tener hijos, le darían un enorme dolor de cabeza, como el castaño berrinchudo que se aferraba a hacer todo lo contrario a lo que le ordenaban, lo tomó con fuerza del brazo y lo hizo darse la vuelta. El cuerpo de Aidan hirvió en colera.

— Escúchame bien Mocoso. Cero está poniendo su vida en peligro solo para protegerte. No me jodas y hazme caso... — ambas miradas penetrantes se quedaron sujetas el uno del otro.

– Tu mejor que nadie debería entender que tenemos que regresar por ella.

— No... Cero tiene un plan...

– No me voy a ir sin Cero.

Miró el brillo de furia en sus ojos, el mismo que brillaba en los ojos de T/n cada vez que la retaba. Se soltó de su agarre y comenzó a trotar en su dirección.

– Vas tu por él, por que si lo hago yo, le vuelo la rodilla. – amenazó Alexander.

Apolo asintió yendo detrás de su primo.

– ¡Aidan! – lo alcanzó– Tenemos que irnos.

– ¿Tu también vas a volver a dejarla sola?– lo miró mal.

– ¿Porqué no confías en Cero? – respondió molesto – Esta poniendo todo en peligro para sacarte de aqui...

– ¡Yo no se lo pedí! – se giró para seguir caminando.

Sin embargo, sintió cómo la sangre se le heló al ver lo que Cero estaba haciendo. Solamente fue cuestión de segundos para que aquello pasara, el sonido de la bala salir del arma se esparció por todo el aire, un sonido sordo se instalo en sus oidos, eso era lo que menos le importó, el corazón dejó de latirle viendo como su madre caía al suelo y la sangre se esparcia rápidamente. Su cuerpo se inclino hacia adelante hasta comenzar a correr en aquella dirección, Apolo lo alcanzó solamente con unas zancadas y lo sujetó con fuerza, negándose a ver el lugar donde se encontraba su tia.

Un grito desgarrador salió de la garganta del castaño que no paraba de agitarse con tal de liberarse del agarre de su primo, las lagrimas recorrían sus mejillas mientras sentía el ardor en su pecho, no daba crédito a lo que estaba viendo, luchó numerables veces queriendo ir con su madre, con la mujer que había amado con todo su ser.

Había perdido lo mejor de su vida...

— ¡Ya basta...!

Alexander le cubrió la boca y la nariz con fuerza, Apolo se obligó a seguir sujetando a su primo para poder dejarlo inconsciente y cuando eso pasó, sintió como su mundo se venia abajo.

Los disparos y los cuerpos cayendo tiñeron el campo verde del Castillo de Windsor de color rojo escarlata...

***

T/n acarició el cabello de Aidan mientras estaba sentada a su lado, tenía una pequeña herida en la ceja, dentro de poco tiempo se iba a curar, le había hecho pasar por mucho, la sangre estaba seca en su cabello, solamente le había limpiado la sangre del rostro y las manos, se preguntó en que momento se había ensuciado tanto.

Chirrio los dientes al sentir el dolor de sus heridas, pasó su mano por su abdomen y respiró con tranquilidad, le tomaría dias recuperarse, pero le relajaba saber que ya estaban seguros, sujetó la mano del castaño donde llevaba el anillo de la familia real, igual que su primo. Sabía que en el momento en el que Aidan estuviera consciente, las cosas se iban a poner feas.

Protegiendo a la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora