Te amaré despues de la muerte y en mil vidas mas.

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T/n dejó de caminar tan rápido cuando se dio cuenta que aún sujetaba la mano de Aidan y estaba casi arrastrándolo por la casa. Se giró a él y suspiró con pesadez.

—Lo siento...

Le soltó la mano al llegar a la sala y se sentó en uno de los sofás. Se pasó la mano por hombro, por más extraño que se escuchara, esa parte se sentía cansada y adolorida. Pasó los fríos dedos por la sutura para poder calmar el dolor punzante.

-No pasa nada... -lo miró, Aidan le dio una sonrisa de lado, sentándose con ella -¿Te duele mucho?

-Es soportable. -murmuró -Pero el dolor fastidia. Y si sigue así, voy a llorar. -sinceró. —No debí de haber perdido el control. Ya estaba recuperada.

Suspiró mirando el suelo y acomodando su cabello hacia atrás con la mano. Los dedos fríos de Aidan hicieron que su cuerpo se estremeciera cuando acarició su herida. Seguido de eso, dejó un beso.

T/n lo miró, sonriendo de lado.

-Dime qué pasa... -murmuró.

T/n mordió con fuerza su labio, antes de dejarlo salir con lentitud.

-Mi mundo se derrumba. -bajó la mirada a su mano -Y ya no se como sostenerlo. Estoy cansada. No se en que momento entré en este lío.

-Desde el momento en el que firmaste mi contrato. No debiste hacerlo.

T/n levantó la mirada de inmediato.

-Pero lo hice...

-Y ahora estamos en esta situación. Yo hubiera podido hacerme cargo.

T/n encaró una ceja.

-¿De verdad?

Aidan sonrió. Negó con la cabeza y acarició su mejilla.

-Pero estarías bien. ¿Qué más daría qué estuviera muerto?

-No digas eso...

-Te recuerdo que no nos soportábamos al inicio... -sonrió de lado -Y me creías un niño inmaduro. Entonces, nada de esto se hubiera desencadenado. Mi muerte no te habría afectado.

T/n cerró los ojos pegando su frente a la de él. Un mechón de cabello acarició un lado de su rostro.

-Ya es tarde para arrepentirse. ¿No crees? No podemos pensar en el "hubiera" cometimos errores y ahora estamos aquí. -murmuró.

-Lamento esto. -respondió de la misma manera -Lamento haberte complicado todo...

-Tal vez me arrepienta de esto. -lo miró -Pero no me arrepiento de haberte conocido. -sonrió de lado, mientras se alejaba y de nuevo miraba su mano -No puedo hacerlo. Creo que entre todo lo malo, conocerte fue lo mejor que me ha pasado.

Aidan se inclinó a ella, haciendo que lo mirara.

-Te amo, T/n Salvatore. Y lo haré hasta el día de mi muerte... Incluso si después de esta hay más vidas, te amaré en cada una de ellas.

T/n sintió su pecho calentarse. Sonrió de lado. Los labios fríos y delgados de Aidan tocaron los suyos, haciéndola sentir adrenalina en su cuerpo. Correspondió de la misma manera hasta que sus respiraciones se agitaron. Sus corazones latían como uno mismo, siempre había sido así. Habían nacido el uno para el otro, pero para cuando se habían conocido, aún eran muy jóvenes para hacerlo.

Aidan dejó un mechón de cabello de T/n detrás de su oreja, volviendo a besarla.

Así estuvieron unos momentos. Besar al otro era adictivo, hacía a sus cuerpos encenderse y estremecerse. Lo amaban. Lo adoraban. Se deseaban con locura, su amor iba más allá que simples caricias, no tenía explicación alguna.

Protegiendo a la corona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora