Protegiendo a la corona.

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La graba bajo los pasos de cada uno de los agentes  se movía con lentitud bajo cada uno de los soldados.  Número Cinco miró a los demás asegurándose que siguieran juntos.

—Muévanse... No sé pueden quedar atrás... — miró a sus costados.

—Señor, detectamos movimiento en el norte... — frunció el entrecejo.

—Atentos y disparen a quien no sea uno de nosotros... —no era usual que hubiera movimiento en los contratos y menos si no se esperaban morir en cualquier momento..

—Si señor...

—¡Señor...! — se giraron viendo cómo súbitamente uno de los hombres de Número Cinco cayó al suelo.

—Atención, nos descubrieron. Repliegue de equipos ahora... Equipo uno, avanza conmigo... —  dijo levantando la guardia y mirando a todos lados, listo por si tenía que disparar.

Pocos segundos después de que cada escuadrón se separara, los tiroteos se escucharon en el lugar, Cinco sabía que tenía que encontrar a su contrato para terminar de una vez con toda esa matanza. Momentos después, se quedó solo en los pasillos de aquella enorme casa a oscuras.

—¿Dónde te escondes Lascuráin...? — gruñó.

Una a una tiró las puertas con tal de encontrar a su objetivo y una vez que solamente quedaba una por derrumbar alguien mas lo lanzó haciendo que rodara por el suelo.

—¿Pero que mierda? — se levantó de inmediato, su boca casi caía el suelo al ver a su oponente... — Esto es un chiste... — suspiró.

Su mente dejó de funcionar por un momento, aquellos personajes pertenecían a un franquicia que no era real, estaba plasmada en libros, series y películas, pero no eran reales. Las balas golpearon varias veces la coraza de la armadura de aquel desconocido que tenia enfrente él, maldijo en voz baja al ver como rebotaban con facilidad.

Polietileno... Eso era lo que el desconocido portaba como protección.

***

—¡Duele...! —su rostro se encogió en una mueca llena de dolor mientras su padre acomodaba su brazo.

—¡Mi primo perdió contra un debutante misterioso! ¡Y perdió a su contrato...!

Su primo, Apolo Gallagher entró al lugar abriendo las puertas de par en par, estaba listo para molestar a su primo todo el tiempo que le fuera posible, eso solamente hizo que la exasperación del castaño creciera.

—Cállate... — movió de un lado a otro su brazo.

El Mandaloriano al que se había enfrentado le había dislocado el brazo con una increíble agilidad.

—Es la primera vez que pierdes contra alguien, hijo... ¿Sabes quién fue?

Aidan suspiró pesadamente mientras miraba a la Reina Lauren.

—No tengo ni la menor idea mamá. Pero es muy experimentado. Sabía todas las maniobras — apretó la mandíbula.

Las puestas de la oficina donde se encontraron se abrieron con un estrepido dejando ver a un castaño de cabello rebelde.

—¡¿Qué le ganaron a Cinco?!

Aidan giró los ojos, su mejor amigo y subordinado borró su sonrisa poniéndose serio mientras se aproximaba al heredero de la corona.

—Si ya estás de mal humor, te pondrá peor saber que fue una hembra...

—¿Cómo? — Apolo y Aidan miraron al castaño hablando a la par.

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