Me encuentro de camino al instituto con Pearl a mi lado. Hayden ha salido antes para ir con los chicos.
¿Qué si estoy nerviosa? No te voy a decir que no. Pero ahora que ya es el día estoy más relajada.
Ayer por la noche estuve pensando. Si son más de cuatro mil personas en el instituto, nadie se va a fijar en mi. Es decir, seguro que cada día te encuentras con una cara nueva y esa persona puede llevar toda la vida en el instituto. Resumiendo, seré como una aguja en un pajar para la gente que no me conozca.
–¿Te has pensado lo de hacer las pruebas de animadora?–me pregunta Pearl cuando entramos al instituto.
–La verdad, creo que ser animadora no es lo mío. No te sientas mal.–digo al ver su cara de decepción.
–Está bien, pero irás a los partidos ¿verdad? Animamos al equipo de Fútbol.
–No me los perdería.–digo dedicándole una sonrisa.
Caminamos por los pasillos que había recorrido el día de ayer. Están abarrotados de gente. Ya he recibido un par de codazos. Pearl se para en frente de una puerta mirándome sonriente.
–Buena suerte.
–¿Qué? ¿Para qué?–pregunto confundida.
–Esta es tu primera clase. Matemáticas.
No. No. No.
¿Cómo me puede tocar matemáticas como primera clase del día? Debería ser ilegal.
Ayer ni siquiera miré la hoja del horario, así que agradezco que Pearl se haya molestado.
–¿Tú no tienes clase?-pregunto.
–Claro que sí, pero yo ahora tengo arte.–contesta–. Escucha, creo que Hayden también tiene matemáticas. Si no sabes cómo ir a tu siguiente clase pregúntale a él.
Pero qué pasa hoy. ¿Los astros todavía no se han despertado para alinearse?
Tendré que pedirle ayuda a otra persona que no sea Hayden.
–Tengo que irme a clase.–dice Pearl al oír la campana–. Te veo en el comedor a la hora del recreo.
Desaparece entre la multitud y solo quedo yo y esta maldita puerta de la clase de
matemáticas.
–¿Nerviosa?–dice alguien a mi lado sobresaltándome. Hayden. Cómo no.
–N0–digo seca, sin mirarle.
Entro a clase para no estar con él. Hay poca gente y el profesor no ha llegado. Me siento en un lugar vacío del fondo. Siempre en el fondo para pasar lo más desapercibida posible.
Con el rabillo del ojo veo que Hayden se sienta en la mesa que está al lado mío.
Lo que me faltaba.
Decido ignorarle y sacar mis cosas de la mochila. Cada vez la clase se va llenando más de alumnos, hasta que por fin llega el profesor.
–Buenos días a todos.–dice un señor de mediana edad–. Espero que hayan pasado un buen verano.
Explica lo que haremos en la materia y nos entrega una hoja con ejercicios que debemos entregar la semana que viene. Genial. El primer día y ya tengo que ponerme las pilas para no acumular trabajos, como me pasa siempre. Miro la hoja que nos ha entregado y me sorprendo al ver que los ejercicios son de geometría. Lo único que se me da bien en matemáticas.
–Kimber.–oigo que susurran.
Sé que es Hayden por cómo me ha llamado, así que decido hacerme la sorda y atender al profesor. No quiero que me llamen la atención el primer día de clases.
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Tal Vez Nosotros
Teen FictionKimberley tiene diecisiete años y una beca para estudiar durante todo un año en Atlanta. Entre todas las experiencias que vivirá, estará su primer amor. Un amor casi imposible. ¿Qué pasará cuando se dé cuenta de que se ha enamorado y que ya no pued...