CAPÍTULO 12

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La luz de la mañana de me despierta. Las ventanas están abiertas de par en par y dejan entrar una agradable brisa.
Hecho un vistazo a la cama de Pearl, y no está. Bajo las escaleras esperando encontrármela, pero no hay, nadie, todo está desierto.

Salgo al jardín para encontrarme con Molly y Hom limpiando la barbacoa.

–Hola, cielo.–dice Molly acercándose a mí con los brazos abiertos. Me da un abrazo –¿Te sigue doliendo la cabeza?

–No, ya estoy mucho mejor.

–¿Seguro?–insiste.

–Sí, seguro.

–Bueno, si necesitas algo vienes a decírmelo.

–En realidad, sí que necesito algo ¿Sabes donde está Pearl? ¿o Hayden? Llevo un rato buscándolos.

En realidad solo busco a Pearl, pero ahora, con encontrar a uno de los dos me basta.

–No tengo ni la más remota idea de dónde pueden estar. Tienes el número de Pearl y de Hayden ¿no?

No había caído en eso.
Soplo un mechón suelto de mi moño para apartármelo de la cara.

–Es verdad, les llamaré. Gracias, Molly.

–Si les encuentras diles que tienen que estar aquí a tiempo para la comida.–me dice Hom apuntándome con una espátula.

–Lo haré.

Al entrar de nuevo a la casa, veo a Dexter desaparecer por la puerta principal. Me planteo ir tras de él, pero lo dejo pasar y subo a mi cuarto para ponerme el bañador.

Antes de salir de casa, cojo mi móvil del bolsillo trasero de mi pantalón y miro la hora.

Once y media.

Tal Vez NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora