CAPÍTULO 22

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Me separo de Hayden lentamente, aún con los ojos cerrados y con una sonrisa tonta tatuada en mi cara. Este beso ha sido más corto que el primero, pero no deja de ser increíble.

Cuando abro los ojos me lo encuentro mirándome con la misma sonrisa que debo de tener yo.

–¿Qué pasa?

–Nada–dice –¿Alguna vez te has enamorado?

Abro los ojos y ya no hay rastro de la sonrisa que tenía hace unos segundos.

–Somos demasiado jóvenes para enamorarnos. Eso solo vale en las novelas románticas. En la vida real no.

–Pues vive tu propia novela romántica.

–¿Sabes? Cada vez que abres la boca me sorprendes más. No esperaba que fueses tan..–intento buscar la palabra correcta– tan intenso.

–No soy intenso, aprovecho los momentos. Cosa que deberías de aprender a hacer.

–Ya aprovecho los momentos. Hoy voy a ir a una fiesta.

Hayden ríe ante mi respuesta.

–Aprovechar el momento no es eso.

–¿Entonces?

–Aprovechar el momento es aceptar que sabes lo que sientes y dejarte llevar.–lleva su mano a mi mejilla y traza pequeños círculos con su pulgar en ella.

–Ya sé lo que siento.–digo a punto de quedarme sin aire.

–¿En serio?  Acabas de decir que ni tú misma lo sabes.

Otra vez esa sonrisilla.

–Acepta a salir conmigo.–suelta de repente.

–¿Cómo?–digo apartando su mano de mi cara–. Hayden, ya te dicho que no quiero nada con nadie. No insistas.

–Está bien, pero sé que tú sientes lo mismo. Y ¿sabes? no me daré por vencido.

–Te cansarás.–le digo convencida.

–Te equivocas.–dice levantándose de la cama y caminando hacia la puerta–. La que se cansará serás tú.

–Y de qué se supone que me cansaré, a ver.–me cruzo de brazos.

–De mentirte a ti misma.

Es imposible que en apenas unos días se haya enamorado mágicamente de mi. Y a mi me gusta, pero solo físicamente. Necesito que se dé cuenta de que no quiero nada con él.

Y creo que sé cómo hacerlo.

Solo tengo que hacer una llamada a mi amigo el repartidor

Tal Vez NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora