Nuevo cabello

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(Por: Clary)

No me había movido del sillón en cerca de tres horas pero Isa estaba en total actividad a mi alrededor. Fuera del departamento todavía se escuchaban gritos y preguntas lanzadas al azar por algún reportero que había llegado tarde y quería saber las últimas actualizaciones. Muchos otros habían empezado a tocar las puertas de los vecinos, deseosos de averiguar más detalles de nuestras vidas.

—¿Helado? —sugirió Aurora alegremente. Me sirvió otra cucharada antes de que pudiera responder y se dedicó a buscar una nueva película.

Después de la quinta llamada, Isa apagó todos los celulares. Usó el teléfono fijo para llamar a la cafetería y avisarle a Lucille que Aurora no podría presentarse, luego para llamar a Oliver y explicarle que estábamos bien pero rodeadas y que lo volvería a llamar cuando tuviera novedades. Se negó a que dejara su oficina para estar con nosotras.

—No tiene sentido que venga hasta acá para no hacer nada —afirmó en voz alta antes de desconectar el teléfono.

Aurora la observaba desde el sillón, donde se había encogido sobre sí misma. Un minuto después, vino con la tablet y desinstaló varias aplicaciones antes de abrir la cuenta de twitter del diario de su universidad.

—Vamos a seguir las noticias aquí, solo por si acaso —anunció—, pero es domingo y tenemos todo el derecho de ver películas y olvidarnos del mundo. ¿Qué me dicen?

Aurora encendió el televisor, puso Netflix, a mí se me escapó una sonrisa, y luego un par de carcajadas con Jennifer Anniston. Isa y Aurora me habían abrazado cuando los protagonistas se besaban pero la verdad era que el dolor todavía no llegaba a mí. El shock era demasiado grande todavía, pero suponía que quedaban muchas horas por delante para procesarlo.

****

Dos días después, todavía no podíamos dejar la casa por la presencia de los reporteros. La policía argumentaba que no podían hacer nada contra ellos y nuestros amigos temían venir ante la posibilidad de que pudieran seguirlos y acampar en sus casas. Ni siquiera Oliver logró regresar y sabía que eso tenía preocupada a Isa.

—¿Me van a decir qué planean?

Isa y Aurora habían estado dando vueltas por el departamento mientras yo veía May Poppins, y finalmente parecían haberse tranquilizado.

—Sacarte de aquí, obviamente —respondió Isa, que tenía el cabello envuelto en una toalla—. A menos que quieras salir a hacer una declaración a los periodistas.

—¿Ah sí, y qué les voy a decir? ¿Que Adrian nunca me dijo que era famoso? ¿Que me enamoré de alguien que me mintió y luego se fue sin dar más explicaciones?

No iba a ser una conquista más de Adrian Walker, afirmando ser su verdadero amor, me negaba a hacer el ridículo ante todo el país.

—Eso pensé —dijo Isa...y entonces se sacó la toalla.

—¿Qué diablos?

Pegué un salto tan asustado que estuve a punto de echar abajo un cuadro. Isa se veía casi irreconocible en su cabello rubio natural.

—¿Qué diablos pasó?

—Te vamos a sacar de aquí —explicó ella—. Vas a salir disfrazada y yo me quedaré en tu lugar.

Aurora vino de su habitación con una peluca fucsia y yo le alcé una ceja.

—¿Y crees que tu nuevo cabello y una peluca va a despistarlos? Lo abofeteaste, probablemente te quieran interrogar también.

—Tú no vas a salir disfrazada de Isa, sino de repartidora de pizza.

Ante mi cara de confusión, ella empezó a explicarse:

—Vamos a pedir una pizza. La hermana de Oliver trabaja en una pizzería y va a venir con su uniforme cuando acabe su turno. La haremos entrar con la excusa de que no queremos que nadie tome fotos y tú saldrás vestida como ella, solo tienes que manejar el carro de la pizzería de vuelta al local y allí te espera Oliver. Necesitamos teñirte el cabello de negro y todo está justo aquí, tenemos unas seis horas hasta que su turno acabe. ¿Estás lista?

¿Dónde está Adrian Wilcox?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora