(Por: Adrian)
Era el número que me había contenido de marcar desde el segundo en que volví a tener mi celular en mis manos.
—¡Adrian! Esperaba que llamaras pronto, no sabía qué creer, pero pensé que necesitarías un tiempo.
Su voz me regresó un poco de la paz que había perdido esa semana.
—Lo sé, lo siento. Nada de lo que ha salido es verdad, y quería decírtelo cuando las cosas se calmaran un poco.
—¿Absolutamente nada es verdad? He visto esos artículos en Buzzfeed...
—Ok, hay algunas cosas ciertas, ya te contaré. Estoy escribiendo un nuevo disco, quisiera que le eches un vistazo.
—¿Me lo enviarás o algo así?
—Te pagaré el viaje desde Alemania y no puedes quejarte diciendo que puedes pagarlo sola, no esta vez.
Afortunadamente no se quejó reclamando que era capaz de pagar su propio pasaje.
—Va a ser un disco increíble —me aseguró.
—Quizás...ahora por favor, compra ese boleto de avión y envíame la cuenta.
—Iré a empacar y nos vemos mañana entonces. ¿Dónde estás?
—En un cementerio.
Y luego, porque no pude resistir el dramatismo, le colgué. Apagué el celular, porque las notificaciones del video ya habían empezado a llegar y me concentré en lo que tenía alrededor.
Las paredes estaban repletas de fotos enmarcadas de mis abuelos. Colgué personalmente cada una de ellas cuando construí el mausoleo meses antes de que el abuelo se fuera. Una de esas cosas de "solo por si acaso" que resultó ser una buena decisión porque cuando sucedió, no tenía cabeza para hacer algo más que llorar.
Me acerqué a donde descansaban sus cuerpos, y me sentée junto a la inscripción de sus nombres. Tarareé distraídamente la letra de la canción que estaba terminando de componer.
I fell in love
And it was like you said
That all of my world
Spins around my girl.
I'm back to your grave
So you know her name
To tell you I lost her
And I'm here to stay.
—La he encontrado, papá.
***
Pensé que el dolor que sentiría al verla iba a ser más emocional que físico pero el golpe que me propinó Synka al verme de nuevo daba fe de que sus clases de kick boxing tenían resultados.
—Eso es por tenerme preocupada todos estos meses —me acusó antes de atraparme en un abrazo que me dejó sin respiración.
Cuando me soltó, me di cuenta que estaba llorando lo cual me dejó un nudo en la garganta.
—Todo está bien, bonita, en serio.
Eso le arrancó una sonrisa. Siempre sonreía cuando le hablaba en español. Ella había sido una de las principales razones por las que nunca dejé de cantar en español.
Tomó una larga respiración hasta que dejó de llorar y paseó su mirada por el estudio. Sin que tuviera que decirlo, le pasé una carpeta con las letras.
Antes de que preguntara algo, le conté todo. Desde el día que me fui hasta que me encontraron. Le hablé de los chicos, de extrañarla y de cómo compré su último disco el día en que salió.
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¿Dónde está Adrian Wilcox?
Ficção AdolescenteAdrian Wilcox, el famoso cantante, ha desaparecido misteriosamente y sus fans hacen vigilias para que lo encuentren pronto. Se rumorea que se trata de un secuestro. Mientras tanto, Clarissa conoce a Adrian Summers, un chico que se hace cliente de la...