Confiar en tus instintos

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(Por: Clary)

Habían sido semanas como salidas de un mal sueño. Después de conseguir escapar de los periodistas, manejé directamente a casa de Michael, a quien felizmente todavía no habían rastreado porque solía estar detrás del escenario en lugar de sobre él. Oliver estuvo allí, listo para atraparme en un gran abrazo y prometer que todo estaría bien. Poco después logramos comunicarnos con las chicas, que habían salido ayudadas por el novio de Betty, que era policía. Todas fueron a casa de sus padres y buscaron formas de evadir a los papparazis hasta llegar donde Michael.

Isa estaba buscando asesoría entre sus profesores y amigos sobre el acoso, pero todavía no encontraba nada concreto. Casi todos desconectaron temporalmente sus teléfonos y no se podían creer el nivel de interés de la gente por sus vidas. Habían tenido que poner sus cuentas en modo privado porque las fans de Walker colapsaron sus mensajes escribiendo por instagram. Creo que Oliver mencionó algo sobre emails de varias productoras ofreciendo realizar una película sobre el caso. No podía negar que también había una ligera emoción porque la cuenta del grupo hubiera pasado el medio millón de suscriptores en menos de cuatro días. ¡Los videos de tributo a Adrian Walker ya superaban los cincuenta millones de visitas!

—Con razón componía tan rápido —dijo Rafael durante un almuerzo—. ¿Se dan cuenta que hemos estado trabajando con uno de los más famosos compositores de la música actual?

—¡Tenemos una canción con un ganador del Grammy! —gritó Santiago.

Sin embargo, nadie celebró aquella declaración. Antes de ponerse a pensar en la monetización de todo eso, se sentía la ligera desesperanza de los chicos, como si alguien se hubiera muerto y solo entonces comprendí que habían terminado haciéndose buenos amigos de Adrian. Karla e Iván también habían venido a cenar el día anterior y la casa de Michael parecía el centro de operaciones del Grupo de apoyo para superar a Adrian Summers.

Ayudaba saber que no era solo yo con este horrible vacío en el pecho que me dificultaba respirar. Intentaba no pensar en ello pero mi mente ya había echado a correr.

Así que Alessia Hallen era la ex que había dicho mentiras a sus amigos cuando terminaron. Cuando habló sobre su admiración a Synka fue porque realmente era su mejor amiga. Y aquella famosa de más de un millón de seguidores....mierda, podría ser cualquiera.

Como mi mejor amiga, Isa podía leer en mis expresiones con gran claridad e iba murmurando:

—Nunca se lo voy a perdonar. Nunca. Llegaré a ser una abogada famosa y encontraré una forma de hacérselo pagar, te lo juro Clary. Nuestras vidas allá afuera, con todos para leerlo...

Había cerca de veinte artículos de buzzfeed sobre nosotros, con una investigación detallada sobre las hipótesis que se manejaban. Estaba honestamente sorprendida, porque yo ni siquiera recordaba haber ido a un concierto de Splash cuando era pequeña.

Isa tenía su matrimonio perfectamente documentado en su instagram, al igual que nuestra incondicional amistad, de forma que había sido fácil atar los cabos hacia mí.

"Clarissa Conelly, graduada de Bellas Artes, sus padres fallecieron cuando acababa de cumplir 18 años y supo mantener a flote el negocio familiar, una tienda de arte llamada Frente al mar. Tiene una cuenta con más de diez mil seguidores en instagram, donde postear semanalmente algún dibujo o cuadro nuevo, y da tips a pintores jóvenes".

Afortunadamente habíamos logrado mantener la tienda abierta. Emma e Issac realmente necesitaban trabajar y confiaba en ellos. Habían quitado todos mis cuadros, y colocado un cartel anunciando que a cualquiera que preguntara por Adrian o por mí le echarían encima pintura con base de aceite. A los periodistas les había durado media hora la idea de que bromeaban y finalmente dejaron la tienda en paz.

"Todavía aparece uno de vez en cuando fingiendo ser un cliente o apuntarse a un taller", me escribía Emma al nuevo número, "pero no han podido engañarnos. En el lado positivo, la venta de cuadros se ha ido a los cielos, incluso con el incremento del 20% que colocó Isaac. ¿Me puedo contactar directamente con algunos de nuestros colaboradores para consultar si tienen más cuadros que vender?".

"Claro que sí, te paso algunos números y el contacto de varios que llevo un tiempo queriendo comprar pero no alcanzaba el presupuesto".

No era la única intentando verle el lado positivo a las cosas.

—Ben y Trisha eran Aaron Sydney y Luhanna Carson —anunció Santiago un día—, aunque no mintieron al decir que eran sus segundos nombres.

—Por eso vinieron en Halloween —murmuré—, porque con esos disfraces nadie iba a reconocerlos.

—¿Pero cuál era el punto de hacer eso? —dijo Oliver frustrado.

—Hacernos confiar en él —respondió Isa—. Llevábamos demasiado tiempo desconfiando de que no estuviera en redes y no lo conociera nadie.

Cada palabra de esa oración se sintió como una aguja en mi pecho. Y no, no estaba siendo dramática, realmente se sentía así.

Qué curioso, terminé pensando.

—Al menos realmente son sus amigos y no contrató a actores para hacerlo.

Isa se derrumbó junto a mí en el sillón.

—Llevaba casi dos meses hablando con Trisha, me ayudó con algunos cursos de la universidad y realmente había ofrecido contactarme con algunas firmas...no puedo creer que nos hayan mentido así, ¡le conté sobre Adrian y tú!

Oliver le masajeó los hombros pero no creo que ayudara mucho.

—Vamos a sobrevivir a esto —aseguró Santiago—. Solo nos mintió sobre su nombre, y lo demás ha sido cosa de los papparazis. Tampoco merece que lo odiemos tanto.

—Hasta ahí hubiera estado tranquila —dijo Isa—, pero le hizo daño a Clary y eso no lo perdono jamás.

Santi se veía terriblemente incómodo y me lanzó una mirada de disculpa.

—Está bien —le dije, a pesar de que mi voz sonó rota y para nada como yo—, vamos a superar esto, al menos me enteré al inicio esta vez.

Todos soltamos una risa ahogada ante mi intento de ponerle humor a la situación y eventualmente terminamos riendo de verdad. El dolor en el pecho se aligeró, y abracé a Isa.

—Deja de arruinar tu hígado por esto, es momento de seguir adelante.

—Lo siento mucho, Clarissa. Tú no confiabas en él y yo insistí para que le dieras una oportunidad. La próxima vez me quedaré callada y dejaré a tu instinto tomar la decisión por sí mismo.

Nos pasamos la siguiente media hora intentando liberar de culpa a la otra y tomarla toda para nosotras hasta que Oliver prometió que si le dejábamos asumir la culpa a él por necesitar un baterista en la banda, nos compraría un pote de helado a cada una.

¿Cómo no amar a este hombre?

¿Dónde está Adrian Wilcox?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora