¿Dónde está Adrian Wilcox?

La balanza de la felicidad

(Por: Clarissa)

La canción apenas va terminando su primer coro pero Tini ya está llorando a lágrima viva en el extremo del escenario en el que la han colocado después de que los chicos anunciaran que tienen una canción para ella. En realidad es Adrian quien ha escrito la mayor parte, pero los chicos han ayudado a corregirla, musicalizarla y llevan ensayándola desde hace una semana.

Para ser justos, los chicos están trabajando en tres canciones nuevas y todas las ha escrito Adrian.

Unstoppable like a cannonball

Shoes are not what make her tall

Gorgeus wig, a cheekbone mole

Get her mad, she'll get you through the wall

Soon she'll be launching her own doll

Vote her when she gets to RuPaul

Not that she needs to be there...

Brightest star of the night

T.I.N.I.

Raise your voices don't be shy

T.I.N.I.

There is more than meets the eye

T.I.N.I.

Are you ready to fly?

Para el segundo coro la gente ya había aprendido la tonada y coreaba las iniciales junto con el grupo, lo cual redujo a Tini a una figura temblorosa y que necesitaba ser abrazada por Karla, sobre quien se derrumbó al punto de que apenas fue capaz de sostenerla. Otra de las chicas se acercó para ayudar y lograr que llegara al final de la canción.

T.I.N.I.

Get ready to cry

T.I.N.I.

Get ready to laugh

T.I.N.I.

Both at the same time

T.I.N.I.

T.I.N.I.

El público aplaudió y animó con fuerza cuando la banda terminó de tocar. Y Tini, la dueña del show, la mujer más segura que he visto jamás, hizo una reverencia temblorosa y les mandó besos por montones. Siguió llorando y apenas pudo caminar fuera del escenario, incluso ayudada por sus amigas.

Los chicos esperaron a que desapareciera para anunciar que se estarían presentando el fin de semana con un set list para el homenaje a Adrian Walker. El público insistió tanto en que siguieran tocando que finalmente terminaron presentando A tan in Aruba y Sex appeal.

—Les dije que la gente iba a querer que toquemos algo más —se burló Adrian mientras guardábamos los instrumentos de los chicos.

Todos lo abuchearon y animaron al mismo tiempo, hasta que él alzó las manos y anunció que su taxi ya había llegado.

Se despidió de todos y cuando llegó conmigo susurró en mi oído: "No te vayas a olvidar de mañana". Asentí y recordé la conversación de hace unos minutos en las escaleras de la parte de atrás.

—Oye Clary, ¿quieres ir al cine conmigo a ver Ant—Man?

—Eh...sí, claro, ¿cuándo?

—¿Mañana?

—Claro...sí, claro que sí.

***

Me tomó dos minutos encontrar a Adrian entre la multitud, ya que no contestaba el celular. Entendí por qué cuando lo vi parado frente a un señor en la calle que tocaba el violín. Seguía el ritmo con los dedos y estaba absorbido del mundo. Cuando el señor paró para tomar un poco de agua, Adrian dejó un billete de cincuenta dólares en la funda en el piso. Me vio un segundo después y se perdió la reacción incrédula del músico.