CAPÍTULO 2: Débil

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— Narra Rubén—

Estaba editando un vlog que había grabado mientras tomaba de una lata de cerveza que tenía en el escritorio.

Alguien tocó la puerta, sacándome totalmente de mi concentración y me levanté con un bufido. No esperaba a ninguna persona ni nada por el estilo, por lo que me sorprendí bastante... De seguro una criaturita stalker, el vecino pidiendo una taza de azúcar (no) o la vecina quejándose de mis gritos de la noche anterior.

Llegué a la puerta con paso de muerto en vida al mismo tiempo que trataba de adivinar quién estaría afuera. La abro y me encuentro con una chica castaña muy mona, de ojos azules preciosos con una mochila colgando de su hombro. Se le veía pálida.

— ¿Dígame? —pregunté interesado.

— Y-yo...

No terminó la frase. Cerró sus ojos y su cuerpo fue cayendo hacia adelante. La atrapé, reaccionando a tiempo para que no terminara en el suelo. Barrí el pasillo con la mirada, y todo indicó que llegó sola.

La primera acción que hice fue entrar de nuevo al departamento, cierro la puerta como puedo y rápidamente atravieso el pasillo para llegar a mi habitación.

La acosté con cuidado en mi cama y traté de pensar lo que debía hacer. En la vida había pasado por mi mente que me pasaría algo de este estilo. De verdad que me sentía fuera de sitio.

Hasta que, para mi salvación, una idea vino a mí... bueno, más bien una persona. Mangel, Mangel podría ayudarme.

Tomo mi celular, busco su contacto y le llamo. Contestó enseguida.

— ¿Qué quieres Rubiu?

— Hola, ¿cómo estás? Sí, yo muy bien gracias por preguntar —dije tratando de sonar sarcástico y no nervioso.

— Ya, qué sensible.

— Cariño, te espero en diez por acá. Es importante.

Colgué sin concederle respuesta y miré a la persona que ocupaba mi cama. Era una chica que andaba por los quince años más o menos... Bastante linda, pero, claro está que su palidez notoria le daba aspecto de muerta y eso no es agradable apreciarlo.

Alejé ese pensamiento de mí y hago el intento de calmarme.

Vamos, ¿dime quién llega, toca tu puerta, dice una palabra y encima se desmaya enfrente de ti?

Después de un momento que parecía no acabar, Mangel llegó.

— Narra Lina—

Regresé al conocimiento. Pude escuchar unas voces hablando, así que me hice todavía la desmayada.

— Pero oye muchacho, ¿no ves lo pálida que esta? ¿Eres ciego o qué? —aquella voz me sonó a la del chico de ojos bicolor.

— ¡Que sí Rubiu! —respondió la otra voz. Tenía un acento extraño.

— ¿Que hacemos tío? — Resopló— Me estoy poniendo nervioso...

— ¿Deberíamos llamar a un doctor?

Decidí abrir lentamente los ojos.

— ¡Despierta!

— ¡Shhh!

Lo primero que veo es a dos chicos, mirándome ansiosos. Uno era el que había visto antes, el de cabello cobrizo, y que al parecer yo llamaron "Rubiu". El otro se trataba de un chico con gafas estilo retro, que también era bastante mono.

Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora