CAPÍTULO 22: Noche de Karaoke (2/2)

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La pandilla miró hacia el cielo cuando éste trono débilmente: estaba gris oscuro, amenazando con lluvia.

El cielo volvió a tronar con más fuerza y en un par de segundos, una fina llovizna caía sobre la playa y alrededores.

—Joder, no —se quejó Emily desanimada. 

Las personas que estaban dentro de las albercas salieron con rapidez de ellas y una vez fuera, colocaban la toalla sobre su cabeza, haciendo un obstáculo entre sus cuerpos y el agua congelada que caía desde arriba.  

—No entiendo por qué hacen eso —comenta Luzu, con el ceño fruncido—. Digo, ¿Por qué se cubren de la lluvia si se supone que ya están mojados?

— ¿En qué momento el cielo se nubló? —preguntó Rubén—. Qué cambio de clima más drástico, madre mía.

—¿Nos quedaremos un rato más? —dijo Alex, pasando una mano por su cabello mojado.

—La verdad es que si nos salimos más tarde, nos dará más frío que si lo hacemos ahorita.

—Entonces, andando, vámonos al lobby. Al fin y al cabo pronto llegará la hora de cenar —ordenó Rubén, nadando hasta la orilla.

[...]

Narra Lina

Después de que cada quien se cambiara el traje de baño por ropa seca, fuimos rápidamente a buscar refugio dentro del lobby. Optamos por establecernos en una sala sencilla, con sofás blancos y una mesita en el centro. Eran alrededor de las seis de la tarde.

Por las ventanas rectangulares se podía ver cómo el cielo se tornaba cada vez más obscuro. Las gotas de lluvia se estrellaban constantemente contra el cristal y los relámpagos iluminaban el cielo de vez en cuando.

Yo me había sentado enseguida de Lana, en el brazo del sofá. Nos podríamos haber sentado las chicas juntas, sin embargo, Emily estaba muy ocupada contemplando a Samuel, quien platicaba con ella.

— ¡Vegettita, deja de ligáh! —exclamaron casi todos los chicos y, dicho esto, rieron estruendosamente.

La parejita no tardó en incomodarse. Samuel rascaba su nuca un tanto avergonzado, mientras que Emily desviaba su mirada al suelo y en ocasiones al techo. De ellos dos, la que recuperó su postura primero había sido Emily, por lo que cuando las carcajadas de los chicos cesaron, los fulminó con la mirada.

— ¿Podrían guardar silencio una vez en su vida, por favor? —dijo con los ojos entrecerrados y las mejillas un poco coloradas.

Damn, Emi se enojó —canturreó Rubén, alzando las cejas consecutivamente.

Emily apretó sus labios y cruzó sus brazos con brusquedad.

—No te atrevas a provocarme, Rubén Doblas.

—Hey, tranquilitos —advirtió Luzu en un tono despreocupado—. Debemos de llegar completos a Madrid, así que olvídense de pelearse.

—Díselo a Emily, ella es la más impulsiva en cuanto a pelear se trata —acusó Rubén, obviamente en un nuevo intento de molestar a su amiga.

La pelinegra hizo un intento por levantarse, pero Samuel le había sujetado la mano, obligándola a tomar asiento de nuevo. Ella le lanzó a Samuel una mirada de enojo, pero luego éste le susurró algo en el oído, provocando que Emi se tranquilizara.

Y eso causó que me riera.

—¿De qué te ríes, Lina? ¿No ves que están a punto de sacarse los ojos el uno al otro?

— Me causó gracia que Samuel tranquilizara a Emily con mucha facilidad, mientras que para otros es difícil. Digo, podrías ser la persona más desastrosa, pero siempre tendrás a alguien que no dejará que pierdas la cabeza.

Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora