Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)

CAPÍTULO 26: ¿Verdad o Reto?

— ¿Estás segura de que podrás manejar esto? —preguntó Emily por quinta vez.

Viré los ojos— Oye, ya lo he hecho antes, no tienes por qué desconfiar.

—Pero la última vez que me subí a estas cosas me caí —hizo una mueca como si no le gustara recordarlo—. Y casi perdí la voz de tanto que grité "¡Socorro, SOS, ayuda, help me!"

—Vale, pero ahora será distinto —realicé una seña invitándola a subir a la moto de agua—. ¡Andando Emi! ¡Los otros nos están esperando!

Emily titubeó un poco, pero luego apretó sus puños y se montó a la moto detrás de mí.

Tomé el manillar con ambas manos y Emily rodeó mi cintura con sus manos. En menos de un minuto, ya estábamos con los otros youtubers haciendo carreras o simplemente disfrutando de la sensación de adrenalina. El temor de Emily pareció desaparecer más rápido de lo que imaginé y hasta me decía "¡Mas rápido, pareces abuela!" y cosas por el estilo.

Posterior a eso se nos antojó jugar Voleibol de playa, por ello, Willy compró una pelota especialmente para eso. Juntamos a unos chicos que andaban merodeando por ahí y jugamos un partido que resultó realmente épico. Al concluirlo, nosotros resultamos ganadores y decidimos festejarlo yendo a comer hamburguesas.

—Hey, ¿y los refrescos? —preguntó Luzu frunciendo el ceño. Ya teníamos las hamburguesas, pero se nos habían olvidado las bebidas—. ¿Quién va a por ellos?

Todos se dedicaron entre sí una mirada cómplice y voltearon a ver a Willyrex. Él se encontraba distraído ya que estaba con el móvil y cuando sintió las miradas de sus amigos sobre él, frunció el ceño.

— ¿Por qué me miran de esa manera, les pasa algo? —preguntó confundido.

Los chicos rieron y Staxx tomó la palabra.

—Creo que te toca ir por los refrescos —se burló para después reírse.

Guillermo se encogió de hombros y se levantó de la silla con un suspiro.

— ¡Qué bonito que es, qué bonito que es! ¡Ay qué bonito que es mi Willyrex! —cantaron los hombres a coro a la vez que Willy se alejaba.

—Qué malvados son, abusan de Willy —comenté, reposando mi barbilla sobre mi mano.

—Ahora que lo pienso, necesita a alguien que le ayude con ellos... —canturreó Alexby, mirándome con ambas cejas alzadas.

Viré mis ojos y me pongo de pie, ocasionando que Alexby y los demás carcajearan. Comencé a caminar para ir al encuentro de Guillermo cuando...

— ¡Qué bonita que es, qué bonita que es! —entonaron al unísono como lo hicieron con mi amigo Willy.

Negué varias veces con la cabeza y reí un poco.

Qué locura.

Vi a lo lejos a Willy junto a la máquina de refrescos; no evité sonreír y voy hacia él trotando. Una vez cerca, le toqué el hombro sin quitar mi sonrisa.

Él se giró y al verme, sonrió al instante—. Lina... también te mandaron —concluyó él, riendo un poco.

—Algo así... Creo que lo hice más por mi cuenta —me sinceré, tomando las latas de refresco que el tenía en sus manos.

—Tú eres buena gente.

Yo sólo le guiñé el ojo y entre los dos, logramos llevar los refrescos hasta el resto del grupo. Durante el camino, no paramos de hablar. Willy me preguntaba de mis gustos y yo de los suyos. Resultamos ser muy iguales y eso nunca me lo imaginaba. Creo que seremos buenos amigos.