Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)

CAPÍTULO 57: Tratando de hacer lo que los amantes hacen

—Narra Rubén—

Preparé la cámara, me aseguré que la iluminación estuviese bien, puse el juego que tocaba hoy e inicié la grabación.
Sonreí a la lente—. Muy buenas criaturitas del señor, ¿qué tal os trata la vida? Espero que tan bien como lo merecéis. Ahora, en esta ocasión os traigo un juego...

[...]

—Vaaale, pues vamos por este camino que tiene buena pinta —me quité la gorra de Batman para acomodarme el cabello y volver a ponérmela—. Bien, creo que hicimos bien...

Seguía comentando como siempre, pero algo, más bien alguien, me interrumpió.

—Say say say, hey hey now baby. Oh mama, don't play now baby —cantó un sol hermoso desde el pasillo, a la par de la música que empezó a sonar—. Say say say, hey hey now baby. Said let's get one thing straight now baby.

Sonreí enseguida, de manera amplia. Después, solté una pequeña risa de nerviosismo cuando mi corazón reaccionó de prisa.

Me quedé quieto, para seguir escuchando con mas atención, casi olvidándome del gameplay.

—Tell me, tell me if you love me or not, love me or not, love me or not? —siguió ella, aún más fuerte y lindo—. I'll bet the house on you, am I lucky or not, lucky or not, lucky or not?

Miré a la cámara, y con una disculpa corté la grabación. Al asegurarme de que ya no grababa, sonreí de nueva cuenta. Fui al encuentro de ella.

Al ver el panorama, simplemente se ensanchó mi sonrisa aún más, si es posible.

—Oooh, ooh, been wishin for you —cantó Lina, con manos en la escoba usándola como micrófono—. Oooh, ooh, tryna do what lovers do!

Me recargué en la pared, sin querer quitar mi vista de ella. Era algo sencillamente hermoso. Ella era hermosa en esa pantalonera holgada negra y sudadera azul dos tallas más grande de la que necesitaba.

Mientras seguía con el coro, se olvidó de que la escoba era su micro y se puso a bailar con ella. Tuve que tapar mi boca para mantener dentro una carcajada.

La canción molaba demasiado, y con la voz de Lina interpretándola era el doble de guay.

Siguió cantando, bailando y limpiando a la vez.

Se le veía tan feliz y que disfrutaba mucho de lo que hacía, que di unos cuantos pasos atrás para que no se diese cuenta de mi presencia, pero resultó lo contrario.

Giró su cabeza a mi dirección y sus mejillas se fueron poniendo rojas.

—¡Rubius! —exclamó en voz baja.

—Hola Lina —guiñé un ojo.

—Dios no me digas que interrumpí un vídeo o algo —dijo un poco asustada y se puso más cuando agregó lo siguiente—. ¡Un directo!

Me solté riendo para evitar el deseo de ir a comérmela a besos por lo mona que era.

—Tú interrumpes nada cariño —respondí, acercándome a ella—. Me gustó mucho tu actuación, seguro destronas a Adam Levine.

La abracé fuerte. A los segundos escuché el sonido de la caída de la escoba. Nos reímos por eso y nos separamos.

A continuación, decidí quedarme con ella y ayudarle con la limpieza. Nos la estábamos pasando increíble, y una vez más se confirmó que con música y una persona especial, mejora todo.