CAPÍTULO 61: No siento las piernas

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— ¡Madre, mira qué vistas! —clamó Lina, con ambas manos apoyadas en la ventana de aquel auto. 

Las imponentes montañas podían verse por doquier, y por su altura se mezclaban entre las nubes.

 — Mangel, deberías de aprovechar esto y sacar unos planitos, ¿no?—le sugirió Emily, dándole un amistoso codazo.

 — Lo pensé, y quisiera hacerlo, pero vamos tan apretados que hasta respirar es incómodo —se quejó el andaluz

Aunque fue el único que lo dijo en voz, todos los demás que estaban sentados atrás pensaban lo mismo. Y cómo no, si eran cinco personas en un espacio para tres.

 — Créeme, es mejor así. Si nos íbamos por separado nos hubiéramos perdido... —explicó el youtuber más grande de España, desde el asiento del copiloto.  

 — Es fácil para ti decirlo, ya que sólo estás compartiendo asiento con Lina —replicó Alex. El pobre iba sentado en la pierna de Mangel y en la de Willy.

 — Ventajas de ser la señora de Doblas —dijo Emily, encogiendo los hombros.

Lina se puso colorada.

 — ¡EMILY!

Antes de que la chica con las mejillas rojas se abalanzara hacia su amiga, el conductor anunció que por fin habían llegado. Se escuchó un enorme suspiro en todo el auto.

Salieron todos con alivio, estirándose para intentar despertar sus músculos adormilados.

Observaron a su alrededor: estaban en un pequeño pueblo, blanco por toda la nieve que ahí presumía. Varias cabañas flanqueaban un ancho camino de nieve. Y si mirabas más arriba, hacia la montaña, alcanzaba a verse un centro de esquí.

 — Flipando estoy... —musitó Lina mientras tomaba el brazo de Rubius entre los suyos.

Él le dedicó una hermosa sonrisa—. Vamos al lugar donde nos quedaremos, para descansar un poco y más tarde ir a esquiar un rato.

 — Suena increíble.

La cabaña que entre todos consiguieron no estaba lejos, así que llegaron rápido. Era muy bonita, tanto por fuera como por dentro, y lo suficientemente grande para todos.

 — Ahora nos repartiremos los dormitorios —anunció Em, aclarando su garganta—. Hay tres recámaras individuales y dos matrimoniales. Para hacerlo más interesante, lo haremos a la suerte.

Había siete papelitos, con las diferentes recámaras. Cada quien escogería uno y sin chistar, dormiría en la recámara que la suerte le dio.

 — Individual —leyó Lina. Rubén maldijo interiormente.

 — Individual —dijo Samuel. Em escondió una mueca.

 — Matrimonial 1 —a Alex le dio un vuelco en el estómago.

Se podía palpar la tensión en el aire.

 — Individual —leyó Rubén, con desgana. Em le dio un codazo, burlona.

 — Matrimonial 2 —Willy se encogió de hombros.

 — Quedamos juntos Guillermo —le avisó la pelinegra, abrazándolo con un brazo por los hombros.

 — Esperen, eso quiere decir... —Lina lo dejó en el aire.

Mangel abrió su papel y—. Matrimonial 1.

 — ¡MANGEXBY ESTARÁ VIVO ESTA NOCHE! —gritaron las dos shippers tal locas.

 — Rubelangel se muere poco a poco —"lamentó" el noruego, "llorando desgarradoramente".

Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora