CAPÍTULO 14: Presentación de Youtubers

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—Narra Rubén—

[...]

Estábamos Lina y yo en un taxi, con las respiraciones agitadas. Teníamos un sueño enorme y nos costaba un montón poder mantener los ojos abiertos.

Y todo por un acontecimiento de ayer...

(Fb)

Después de cenar y alistar las maletas para el viaje a la playa, me dediqué a la cansada tarea de editar y leer e-mails, evitando los que eran spam o publicidad basura. Lina leía en la sala un libro que yo tenía guardado y que en realidad nunca lo hojeé, pero a ella pareció interesarle.

Las horas se pasaron volando y cuando menos lo pensé me había quedado dormido sobre el teclado del ordenador. Lina fue la que me despertó y era a eso de las dos de la mañana... Ella se veía acabada y sus ojos estaban casi cerrados.

— Perdón por levantarte, pero creo que es incómodo dormir encima de un teclado —dijo ella con voz apagada, después sonrió ligeramente—, ¡sólo digo, eh!

Reí levemente—. No importa, si quieres duerme aquí en mi cama —sugerí—. Yo iré al salón.

Apenas atravesé la puerta del cuarto, ella agarró mi muñeca.

— No Rubén, tú te quedarás aquí —ordenó titubeante.

Giro mi cuerpo hacia ella, viéndola frente a frente.

— No hay problema, de verdad —insistí—. Que descanses, linda noche.

Antes de que pudiera reclamarme, salí apresurado de su presencia y me dirigí al sofá del salón.

Era tanto el cansancio que llevaba encima que arrastraba los pies.

Sin siquiera cambiarme o algo, me tumbé sobre el sillón y me dormí al instante.

No obstante, mi sueño fue frustrado por un ruido del mundo real. Primero fue débil, pero de repente aumento de tonalidad.

Me desperté confundido y me incorporé lo más rápido posible. Agudicé mi oído para tratar de reconocer el sonido: eran unos sollozos. Se trataba de Lina.

Fui a toda velocidad a la habitación, con el corazón latiéndome a mil por hora e imaginándome qué habría sucedido. Abrí la puerta correspondiente y la primera imagen que veo al entrar es a Lina hecha un ovillo, sentada en la esquina de mi cama.

Sin pensarlo dos veces, me siento a un lado de ella y le doy un abrazo. Ella estaba temblando y deduje que no era por tener frío, porque era pleno verano y resultaba ilógico, si no que se encontraba así por otra cosa... Tal vez por miedo, ansiedad o terror.

Lina soltó un pequeño sollozo y correspondió mi abrazo. Enterró su rostro en mi hombro y percibí cómo mi camisa se humedecía por sus lágrimas en esa zona. Acaricié su cabello tratando de calmarla y pasando unos cinco minutos, ella se apartó lentamente y bajó su vista a sus manos unidas en su regazo.

— ¿Qué sucedió, Lina? —pregunté preocupado. Me mataba verla tan rota y destruida.

— No lo entenderías —contestó con la voz quebrada.

Esas tres palabras ocasionaron que el corazón se me encogiera y tomé aire con dificultad.

— Si me lo permites, podría entenderte —dije dándole un beso en su sien. Sentí su cabeza apoyarse en mi hombro.

Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora