CAPÍTULO 6: Amiga de famosos

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— Narra Lina

— ¡Allá vienen! —exclamó mi amigo Rubén, señalando a unos chicos que llegaban de lejos. Uno rellenito con gafas y otro de menor estatura.

Él se les adelantó un poco y al llegar junto con ellos, los saludó animadamente.

Yo no me consideraba la típica chica extrovertida que se abre a las personas sin ninguna dificultad, pero tampoco era la chica extremadamente tímida y reservada a los demás. Por así decirlo, estoy en la clase media... Me agradaba conocer gente nueva.

Uno de los amigos de Rubén (y que de hecho ya lo conocía) se percató de mi presencia y abrió los ojos para después decir:

— ¿Lina?

— Hola... ¿Mangel? —ladeé la cabeza, no me acordaba muy bien de su nombre.

— Si, Mangel —sonrió.

Le devolví la sonrisa.

— Un gusto volver a vernos —estreché mi mano con la de él.

— El gusto es mío.

Rubén y el otro chico hablaban aparte, por eso cuando terminaron su charla privada, el chico de cabello negro se me quedó viendo extrañado.
Nos quedamos en silencio unos cuantos segundos, hasta que el chico rompió el hielo.

— ¿Y ella es...?

— Oh, lo siento —Rubén se puso a un lado mío—. Hay que presentaros —carraspeó sonoramente—. Lina él es Alex, Alex ella es Lina.

— Hola —nos saludamos al unísono, sonriendo.

— Vale —siguió Rubius— Ahora que se conocen, podemos seguir nuestro camino.

[...]

Estos chicos son las personas con las que más me he divertido toda mi vida, y eso que las conozco hace menos de un día. Aún lo flipo.

Me hacían reír con cualquier tontería que decían, me sacaban plática en ocasiones y resultaron bastante majos. Por eso, la situación entre los cuatro no fue incómoda en lo absoluto.

— ¿Les apetece ir al McDonald's? —sugirió Rubius.

— Vale —dijimos los demás.

Pasamos al interior del restaurante de comida rápida. Algo que me sorprendió bastante es que unas chicas de una mesa llamaron a mis "amigos" y cuando ellos estaban con ellas se tomaron fotos. ¿Estaba viendo lo que yo? ¡Les pedían autógrafos!

— Hmm, Rubén.

Él alcanzó a escuchar que le hablaba y se acerca rápidamente hacia mí.

— ¿Qué pasa?

— ¿Cómo te lo pregunto...? —me hice la "pensativa".

— Sólo dilo —rió despacio.

— ¡Me tuviste engañada todo este tiempo! —Le señalé acusándolo—. Eres famoso, y no me lo habías dicho.

Rubén sonrió ampliamente y soltó una leve carcajada.

— Algo así —rascó su nuca—. Hago videos en YouTube y tengo muchos subs, al igual que Mangel y Alex.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes?

— Bueno, es que se me olvidó —hizo una mueca.

— No importa —sonreí.

A continuación nos fuimos con los demás.

[...]

— ¡Y al pemdirlem matrimomnio! Fue épico —exclamo Rubén, atragantándose con la comida.

Mangel estaba tomándose su refresco en ese momento, y tuvo que tapar su boca para evitar escupir por la risa.

— No te ahogues Mangel —bromeó Alex, con su risa tan peculiar.

— Que no, que no —respondió el de gafas, limpiando su boca.

— Qué asco, ahora la mesa tiene baba de Mahe —señaló Rubén.

— Equivocación —replicó Alex—. Es la combinación perfecta de refresco y ADN de Mangel, la cual da una sensación de lo más refrescante —parodia con el típico tono que se usa cuando se promociona algún artículo—. ¡Llame ahora!

No aguanté mantener la compostura y me suelto a carcajadas al igual que los demás de la mesa. Tapé mi rostro mientras reía y dure así hasta controlarme.

Este día no puede ser más raramente único.

—Narra Rubén—

Después de saciar un poco el hambre, Alex y Mangel se tuvieron que ir unas horas después por asuntos de quién sabe qué... La verdad no presté mucha atención.

Como consecuencia, mi nueva amiga y yo nos quedamos solos de nuevo. Eso me agradaba, quería conocerla más a fondo y quizás ganar su confianza.

Decidimos ir a un parque que estaba cerca de mi departamento y al llegar, nos sentamos en unos columpios oxidados por el tiempo.

El sol amenazaba con ocultarse y poco a poco los colores de alrededor empezaban a perder su tonalidad.

— ¿Nombre completo? —preguntó bostezando.

— Rubén Doblas Gundersen —contesté sonriente. Me encantaba que ella no me conociera por ser "elrubius"... O sea, que me conozca desde cero, porque normalmente las personas que se me acercan a hablar son 'criaturitas' y ya saben casi todo de mí—. ¿El tuyo?

— Lina Anette Wood.

— ¿Wood?

— Sí —se acomodó un mechón detrás de su oreja—. Lo que pasa es que mi 'padre' es de Estados Unidos y mi 'madre' es mexicana.

— De ahí tu acento marcado —comenté riendo.

— Exacto —sonrió con la vista perdida—. Puede que sea muy... exagerado, pero viajaba muy seguido y los distintos acentos que voy escuchando de varios lugares se me pegan, y... —rio un poco— Mi acento y vocabulario es una mezcla de todos ellos.

— Damn, vocabulario multicultural —bromeé.

No tardó en reírse y yo me uno a su risa. Lina era una chica bastante maja en el interior y eso ocasionó que me cayera genial.

Luego de tranquilizarnos y que el silencio volvió a visitarnos, la situación de que Lina no tenía dónde quedarse llegó a mí nuevamente.

La noche finalmente reemplazó al día y el entorno ya estaba obscuro. Los faroles prendieron de uno a uno para iluminar un poco las calles.

No perdía nada en volverle a insistir.

— Lina...

— ¿Sí?

— Ya pronto será tarde para estar en las calles —comencé, suspirando—. Y yo sigo insistiendo en que puedes quedarte conmigo.

Oí que Lina soltó también un suspiro y se levantaba de su columpio. Hice lo mismo.

— Rubén, lo que menos quiero es molestar a los demás —musitó sin verme.

— Pero no serás una molestia, lo juro.

No me respondió, ella se quedó inmóvil dándome la espalda.

— Si no acepto, no dejaras de insistir ¿verdad?

— Tú lo dijiste.

Se volteó hacia mí, con los brazos cruzados y una expresión divertida en su rostro.

[...]

—... Y luego conocerás a mis gatas, mi despensa, mis consolas...

— Ya, ya entendí.

Yo me reí y abrí la puerta de mi hogar.

Una chica mucho menor que yo en mi departamento, ¿quién lo creería?

Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora