CAPÍTULO 54: All Star

72 8 2
                                    

—Narra Lina—

—Maldigo a cada profesor de matemáticas, ¡A CADA UNO! —sentenció mi amiga Mau, alzando ambas manos al cielo— ¡Maldigo a las matemáticas, que ni siquiera estudian algo real!

Mientras ella dejaba caer su cabeza contra el pupitre de su banca, pensé en todos los maestros de esa materia que yo había tenido, y por un milisegundo deseé retroceder unos cuantos años.

—Pero, para nuestro mal, se aplican a la realidad —respondí, dándole palmaditas a su espalda—. Te juro que se le quitó lo bonito cuando se combinaron con letras y todo eso del diablo.

—Iu, álgebra...

—Ya Mau, mejor hoy vayámonos temprano —sugerí, ya poniéndome de pie con mochila en mano—. No puedo más.

— ¿Pero cómo? Necesitamos de un mayor de edad, y mi padre ni de broma me saca...

—Tranquila, lo tengo todo arreglado —apresuré el paso hacia la salida de aquel lugar de locos y marqué al número del favorito de mi corazón. Contestó enseguida.

¿Cansada?

—En toda la palabra.

En diez llego por ustedes.

Sonreí al instante... fortuna tenerlo. Nos despedimos y enseguida colgué. Mi amiga Mau, a juzgar por mi última expresión, supo al momento que hoy saldríamos temprano.

[...]

— ¿Y qué viste hoy en Matemáticas?

Solté un pequeño gruñido. Casi nunca lo hacía, y eso provocó que Rubius me abrazara con cariño, logrando neutralizar mis emociones negativas.

Qué bien se sienten sus brazos protegiéndome.

—No me lo digas. Mejor yo te cuento sobre mis ganas extraordinarias de hacer un maratón de pelis.

Sentí una oleada de felicidad recorrer mi ser. La idea era lo más y sin pensarlo se lo hice saber.

—Podemos ir a la tienda antes de ir a casa —añadí, tomando su mano para dirigirnos a un rumbo distinto—. Será como una terapia para mi estrés.

—Hoy tú mandas pequeña —decretó, dándome un beso en la cabeza.

[...]

— ¿Qué película le apetece ver a la señorita? —preguntó el ojipardo mientras preparaba unas cuantas cobijas y recipientes para toda la comida chatarra que habían comprado.

Esta sería una auténtica tarde-noche de películas, calor y latidos tranquilos, causa del reposo en su pecho.

Decidimos, juntos, poner las películas de Shrek.

Y al inicio, cuando cantamos All star, me sentía realmente viva.

—Only shooting stars break the mold —terminó la canción y volví a acomodarme en el pecho de Rubén.

Comíamos descaradamente, sin una pizca de vergüenza, y eso me demostraba el gran lazo que habíamos logrado. Estoy orgullosa.

Al momento en que se acabó toda la comida, nos limitamos a ver las películas.

—Que viva Shrek tío —comenté en un susurro—. Son de las pelis que nunca me aburren y me causan la misma gracia siempre...

—Estoy contigo —apoyó mi colchón, riéndose enseguida por una referencia a Starbucks—. Joder, ¡qué bueno!

[...]

—Yo quiero un Shrek en mi vida, que monte el hombro de Bongo sólo por mí —dije, soltando un pequeño bostezo.

—Puedo ser yo... digo, si quieres —lo volteé a ver y pude percibir un pequeño rubor en sus mejillas, pero lo dejé pasar.

—Vale, entonces seré tu ogra.

Reímos por lo bajo. Por el cielo estrellado, que esto nunca se acabe por favor....

[...]

Observamos la emotiva escena cuando, en Shrek tercero, todo vuelve a la normalidad gracias al amor ogril.

—Te quiero mucho Rubius —musité, cerrando mis ojos. El sueño me estaba conquistando...

—Narra Rubén—

—Yo más, enana —respondí, tallando mis ojos con algo de violencia.

Al no recibir respuesta, presté atención a la chica que descansaba en mi pecho y me percaté de algo: se había quedado dormida.

Sonreí sin evitarlo. Imposible no hacerlo con tal ternura contempada por mis ojos.

Después de cinco minutos, también me fue inevitable quedarme dormido.

[...]

Soñaba negro cuando un grito me despertó.

Vi a Lina, sentada enseguida de mí, sollozando débilmente. En impulso la atraje y estreché con mis brazos.

Ya me había tocado antes que mi compañera de cuarto tuviera pesadillas, y tenía que hacer lo mismo que estaba haciendo en ese momento. Pero ahora duró más de lo normal y comencé a preocuparme...

—Lina, ¿qué pasó?

Ella, con esfuerzo, conectó sus ojos con los míos. Los de ella estaban rojos y un piquete me molestó el corazón.

—Lo mismo... estoy en el orfanato, viendo cómo todos se van y yo... no...

Si no fuera porque me acerqué demasiado a su rostro, no hubiera entendido ni una sola palabra de lo que dijo.

Tomé un poco de aire y una vez que ordené mis pensamientos mentalmente, hablé:

—He estado reflexionando y... puede ser que esto signifique algo —agarré su mano con fuerza—, ¡podemos averiguarlo!

Atravesó la duda por el rostro de la chica y temí por el hecho de que no aceptara lo que tenía pensado hacer.

—No me digas que...

—Sí Lina, no podemos limitatnos a suponer lo que pasó. Debemos de investigar, aclarar el panorama.

Ella me miró algo asustada.

—No...

Ahora le tomé ambas manos y le obligué a que me viera de frente.

—Escúchame, estás sufriendo, ¡y no me gusta para nada! —humedecí mis labios y enseguida me arrepentí porque ella bajó la mirada a ellos y me puse nervioso que flipas...—. Y...

— ¿Y? —preguntó ella, alzando una ceja.

Joder, corazón, ¡compórtate!

— ¿Crees que puedas hacerlo?

Lina me obervó detenidamente. Traté de mantenerme firme, pero si no le estuviera tomando sus manos, las mías estarían temblando de nervios.

—Sólo si tú vas conmigo.

Sus palabras se tatuaron en mi pensamiento, haciendo tambalear un poco mi razón, algo realmente peligroso por lo cerca que estábamos.

Antes de que pasase algo más grande, asentí con la cabeza.

—Siempre contigo.

+×+×+×+
Hi!
Este cap fue corto porque se viene algo inmenso :3
Gracias por esperar hermos@s♡



Encanto Inexperto (Fanfic Rubius) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora