6. Parte 2.

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(CAPÍTULO MUY SUBIDO DE TONO)

— ¿Te gusta?

Movió suavemente sus caderas y por inercia también lo hicieron sus tersos glúteos. Tomó el cuello de su camiseta y ligeramente lo bajó al compás de una mordida de labio.

— Obvio que me gusta, encanta tu cuerpo. Además, veo que te sigue gustando jugar de esa manera...

— La verdad que sí.

Se levantó y volteó lentamente. Enfocó una vista tan atrevida que sentí una ligera presión dentro de mi ropa interior. Allison movió sus nalgas frente a mí hasta que decidió retirarse la braga suavemente. Aquella presión se incrementó y decidí retirarla.

— Mierda, Allison... como yo quisiera...

— ¿Estar aquí?

Posicionó su teléfono frente a ella, abrió las piernas y rozó aquella zona con sus dedos.

— Si es así, ¿qué sería lo que harías?

— Yo... podría gozar de ti nuevamente. Tocarte, besarte...

— Y cogerme... ~ ❤

Estiró el brazo, tomó algo y empezó a chuparlo.

— ¿Eso es...

— Sí, un juguetito.

— Es obvio que ibas a tener alguno.

— Tengo algunos por ahí, la mayoría de mujeres debemos conocer lo que nos gusta.

— ¿Y a ti te gusta esto?

Sutilmente bajé la cámara de la laptop haciéndole vista a mi erección. Pude ver la cara de sorpresa que dio mi prima: se acercó al teléfono y la vi sonreír con una mirada fija y atrevida.

Era la expresión que tanto quería ver.

— Qué rico se ve.

— ¿Sí?

Me estimulé suavemente mientras ella jugaba con aquel pequeño dildo. Rozaba sus labios, clítoris y de momentos lo introducía. Verla nuevamente gemir despertó el gran deseo que antes sentía. Sus gestos de placer realmente me vuelven loco.

— ~ Mm...~ Mmhg...

— ~ Allis...

— Se te ve muy rica... ~

— Je ~ rico es lo que te haría si te tuviera... ~

— Mmm... ~ sí sí... ~ Ahh... A-Ahora... con este...

Dejó a un lado el pequeño dildo y tomó un consolador medianamente grande y de color piel. Esta vez simplemente lo introdujo dentro de ella, podía observar como su entrada estaba llena de fluidos. Estaba tan bien lubricada que permitía el ingreso fácil del juguete. Era imposible evitar masturbarme al presenciar un espectáculo tan increíble como este.

— Ahh... ~ Y-Ya e-estoy... ~ a punto... ~

Subió la velocidad, cada vez más, y cuando cerró los ojos hizo los movimientos exactos que me indicaron que había terminado.

— A-Ahh ~ wow...~

— ¿Rico? je

— Muy muy rico.

— Bueno, yo...

— No te preocupes, intenta terminar con esto.

Se retiró la camiseta y me percaté que no traía brasier alguno. Apretó sus pechos con una osada mirada. Acercó la cámara del móvil a ellos para que pudiera verlos con más detalle.

— ¿Aún te acuerdas de cómo te gustaba tocarme aquí?

Con la mano que tenía libre masajeó por completo uno de ellos. Desde un toque general hasta estimular ambos pezones.

— Cl-Caro que lo recuerdo ~ Mmm... ~

Al volver a posicionar el teléfono, tomó el último juguete que había utilizado y por ratos jugaba con sus pezones mientras lo metía en su boca simulando un oral como los que antes me daba.

— ¿Sabes? ~... este es uno de mis juguetes favoritos... Mm... ~

— S-Sí me lo creo...

— ¿Ya estás por terminar? ~

— D-Dentro de poco...

— Quiero tener eso dentro de mí, bebé... ~ ❤

Continué estimulando mi erección mientras pensaba en ella, en cómo quería que aquel juguete que traía entre manos fuera mi "juguete" en realidad.

— Dá-Dámelo, Marco... ~ Como antes... ~

En poco, di un leve respiro de satisfacción al lograr terminar. Presencié como lamió efímeramente sus labios al verlo brotar.

— Wow... ~ qué rico... ~ Tú siempre sacas mucho...

— ¡Cá-Cállate!

Busqué algo con qué limpiarme mientras escuchaba la risa que le provoqué.

Nunca cambiarás, Allison...

— ¿Te gustó, idiota?

— Me gustó mucho. ¿A ti?

— Sí, me gustó.

— Ahora... creo que necesito una pequeña ducha.

— Me leíste la mente.

De repente, tomó el teléfono y veía cómo caminaba por el pasillo. Entró a una habitación que imaginé era el baño, di en lo correcto al ver la cortina de la ducha.

— ¿Podré verte en la ducha?

— Lamento desilusionarte.

— Diablos.

— ¿Entonces ya terminaste de ver mi cuerpo? ja ja

— Eso nunca, cariño.

— Hablaremos después que me duche, hazlo tú igual.

— Está bien, está bien.

— Te mando un beso.

Impulsó sus labios al mandarme aquel beso, el sonido que hizo resonó en mis oídos un toque de dulzura.

— Yo también, hablaremos después.

— Hey, ¿y mi beso?

— ¿Me vas a hacer....

— Sí, quiero mi beso.

Medité por unos segundos y terminé por tragarme la vergüenza. Imité el mismo gesto de mi prima y terminé enviándole un beso.

— ¡Ay, qué lindo!

Fruncí un poco el ceño sin que se diera cuenta y terminamos despidiéndonos con un par de palabras.

— Te quiero.

— Te quiero.

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora