13. Parte 1.

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Allison's P.O.W

Han pasado pocos días desde que se supo lo del matrimonio pero es como si mi mamá hubiera sabido todo desde antes. Es decir, que además de ofrecer el lugar para la celebración ella sería la madrina y eso no le tomó por sorpresa.

Aunque si lo pienso mejor, era la opción más evidente.

Aun así se las arreglaba para pasar tiempo con nosotras dentro de su labor para la organización de la boda. Me dediqué estos días en pasarla con mi pequeña. Jugábamos, veíamos televisión juntas y a veces ella recibía llamadas de su papá. Parece que no quiere perder la comunicación con su hija. Me parece correcto pero...

Las tres tuvimos que ir a comprarle un pequeño vestido color blanco a Aurora. Es irónico que en mi adolescencia no haya sido tanto de arreglarme y ahora me guste hacerlo con mi hija.

Lo siento, cariño, pero eres muy linda.

- Gracias por comprarle el vestido, mamá. Vamos, agradécele a tu abuela.

- Gra-cias...

Aurora nos dio ternura con su delicada voz.

- No es nada, cariño. Es lo menos que puedo hacer.

Continuamos caminando. Me coloqué al lado de mi mamá mientras tomaba a mi hija de la mano por el otro extremo.

- ¿Por qué lo dices?

- Me siento culpable por permanecer tanto tiempo incomunicada con ustedes dos.

De improviso me detuve a mitad de camino. Ella al darse cuenta se dio la vuelta. Aurora permanecía tomando mi mano.

- Ya te perdoné todo eso, no es necesario compensar nada. Regresé solo porque tú me lo pediste.

Ella no respondió y se limitó a sonreír. Dio una leve mirada sobre su nieta antes de hablar.

- Gra-cias...

Llegamos hasta unos asientos del supermercado para poder descansar un poco.

- Por cierto, Allison. ¿Qué vestido usarás?

- Eso es una buena pregunta. No traje nada formal.

Literalmente no pensé que tenía que asistir a una boda.

- Entonces vamos a probarte uno.

- ¿Qué? No, mamá, n-

- Déjame comprarle algo a mi hija.

- Per-

- No discutas.

Creo que de ti saqué lo de no querer perder nunca.

Fue un día bastante agitado. Al llegar a casa recordé algo que había estado retrasando durante ya bastante tiempo. Cuando Marco se quedó aquí dejó lavando la ropa traía esa noche. Eran ya casi las cinco de la tarde, así que puede que haya llegado de la universidad. Le avisé a mi mamá a dónde iría y le pedí que cuidara a Aurora. Ella accedió, así que tomé la ropa y salí.

Durante el camino involuntariamente hacía rodar por mi cabeza el hecho de que si bien ambos habíamos revelado y aceptado lo que uno siente por el otro... ¿Eso al final es algo realmente bueno?...

Es decir, ¿Cómo podría llegar a más?...

Mis tíos parecen haber querido empezar algo nuevo. Ambos lo han hablado y decidido... juntos...

¿A-Acaso estoy algo celosa de su situación? Esto es una locura.

Finalmente pude llegar a su puerta. Estaba a punto de tocar cuando de repente escucho cómo esta se abría. Logré ver a Marco al otro extremo, estaba vestido con una polera de tonalidades oscuras y sobre su cabello tenía puesta la capucha.

- Ho-Hola...

- Hola. ¿Cómo has estado?

- T-Todo bien. Te traje tu ropa además de la toalla, el cepillo y eso...

- Cier-to... Lo dejé aquella vez.

- S-Sí... Ten.

Él se acercó y me dio un corto beso en los labios. A pesar de no esperarlo le correspondí casi involuntariamente. De inmediato entró a dejar las cosas. Yo solo lo seguí por detrás.

- ¿Estás solo?

- Sí.

Había entrado rápidamente a su habitación. Parecía tener prisa.

Me pregunto porqué vestirá así.

- Mi mamá fue a ver un tema en la municipalidad y Ryan se acaba de ir a no sé dónde. Pensaba averiguarlo.

- ¿A qué te refieres?

- Iré a ver a dónde va.

- ¿Qué? No deberí-

Ni siquiera dejó que terminara de hablar. Agarró su teléfono, las llaves y salió.

- Lo siento, tarada, seguro debe seguir en la parada del bus.

No sabía qué pensar así que solo hice lo primero que consideré por simple impulso. Fui a su habitación y tomé rápidamente algo de ropa para después ir tras él.

Eres un idiota... no vayas a hacer algo tonto.

Llegué a la parada del bus y efectivamente podía divisar a mi tío entre unas cuantas personas. También pude diferenciar al idiota de mi primo estando un tanto más alejado. Me acerqué lentamente a él sin que se diera cuenta.

- Eres un tonto.

Él se sorprendió de verme a su lado. Había tomado lo primero que encontré: una polera negra y una gorra roja. No sé si fue la mejor opción.

- ¿Por qué... me seguiste?

- ¿Qué diablos estás pensando?

- Ya te lo dije.

- No puedes seguir a alguien así nada más.

- Tú lo hiciste cuando me viste con Jane por primera vez, ¿recuerdas?

No supe qué responder.

- Creía haber tenido un motivo para hacer eso...

- Pues yo también lo tengo.

- ¿Cuál e-

No pude seguir hablando: había llegado el bus. Nos subimos por la puerta posterior para que no nos viera mi tío. A decir verdad, yo solo seguí a Marco.

- ¿Por qué... haces esto?

Él no respondió, solo se limitó a pagar ambas tarifas sin decir ningún destino.

- Yo pude pagar por mi cuenta.

- Tómalo como una compensación.

- ¿Una compensación de qué?

- De no haber sido capaz de pedirte que vinieras conmigo.

I-Idiota...

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora