14. Parte 3.

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Habían llegado varios invitados después de un hora y todos estaban ubicados, ya sea en los asientos o estando de pie con algunas copas en la mano. Realmente era una reunión para adultos.

Mis padres brindaron algunas palabras de agradecimiento antes de dar inicio a la comida y al brindis; una vez hecho esto, todos aplaudieron y empezaron a degustar del platillo elegido para la cena. No me fijé si quiera cuál era, pues estuve pensando en lo que pasó con Lu antes de que todos llegaran.

Nunca la vimos pasar, aunque debo admitir que no es como si se nos hubiera ocurrido ver si alguien llegaba por el pasillo.
En la peor circunstancia, Lu pudo haberse asomado a la habitación creyendo que era el baño pero, ¿qué fue exactamente lo que llegó a ver?

Al regresar se veía como siempre y no tenía algún signo de incomodidad o, por último, de sorpresa. En ese momento quise acercarme a preguntarle si realmente vio algo pero no se me ocurrió alguna forma de no hacerlo ver sospechoso.

Me había retirado el saco hace rato: realmente llegué a sentir algo de calor; lo coloqué en el respaldar de la silla para comer y a pesar de no tener tanto ánimo terminé por hacerlo.

Las chicas se encontraban en una mesa junto con Allison y la pequeña Aurora, parece que se han llevado muy bien con la niña desde que la conocieron. Nada parecía extraño, salvo la expresión de preocupación que tenía Allison. Yo sabía muy bien lo que le inquietaba y, a decir verdad, se asemejaba mucho a mis pensamientos.

- Hey, tonto, ¿estás bien?

Tras algunos minutos escuché una voz cerca de mí. Era demasiado conocida pero por simple capricho quise voltear a ver quién era.

- Lo estoy, idiota. ¿Tú lo estás?

- Supongo.

- Ja.

- ¿Qué sucede?

- Creí que odiabas suponer algo.

- Bu-Bueno... sabes a quién me recordaba esa palabra, pero ya me di cuenta de que a veces no es tan malo no saber cómo te sientes realmente.

- Ja, siempre has dicho de todo solo por el momento.

- Cállate... no es como si no supiera diferenciar las cosas...

Pocos segundos transcurrieron en los que ninguno de los dos habló, solo escuchamos a lo lejos las tantas conversaciones que se suscitaban y la música de nuestro entorno.

- Aurora se lleva muy bien con ellas, hasta las quiere invitar a jugar todo un día.

- Eso suena tierno.

- ¿Te parecería unirte?

- Creí que sería algo para chicas.

- No realmente, pero también quería que la conozcas un poco más. Ella es un poco esquiva con los hombres.

- Bueno... Sabes que mis padres estarán de viaje el fin de semana, es lo normal después de un compromiso. La casa estará disponible, quizás podamos pasarla ahí todos.

- Suena interesante, lo consultaré.

Volvimos a dejar de hablar por algunos momentos mientras veíamos a cierta distancia la mesa donde la pequeña Aurora conversaba con las dos chicas.

- Oye, tarada, ¿también piensas que Lu pudo...?

- Sí, lo he considerado.

- ¿Qué podemos hacer?

- Creo que lo mejor sería preguntarle directamente.

- Uhm... podría ser verdad.

- Muy bien, te lo encargo.

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora