17. Parte 5.

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- ¡No! ¡No te perdonaré así de fácil! ¡Debiste despedirte!

- Enserio lo siento, Natt.

- Ya, tranquila, Nathy.

- ¡No!

- Ja ja parece que lo tomó personal.

- Ya dije que lo siento...

- Descuida, Allison, ella se encuentra algo intensa esta noche y también un poco nerviosa.

- ¿Enserio?

- Verás... se enteró que será tía.

- ¡Lu!

- Waoh

- ¡Grandioso!

- Sí, sí, no es para tanto.

- Hey, Natt, tienes la cara roja.

- ¡Cállate, Marco!

- Ja ja ja pero si no es mentira.

Todo parecía ir bien. La pequeña reunión virtual estaba cargada de un buen y agradable clima; sobre todo tras contar buenas noticias como lo fueron mi ascenso o el nuevo integrante en la familia de Natt.

- Espero te vaya genial en el nuevo puesto, Allison.

- Oh, gracias, Lu.

- Hey, chicos, la cena está lista. Debo irme.

- Sí, yo también. En poco llegará mi papá y espero las cosas no sean algo complicadas.

- Ten buenos pensamientos, Natt.

- Eso intento, gracias, por cierto. Nos vemos después.

- Adiós, Natt, cuídate.

- Bye, Natt, nos vemos.

Ambas chicas se retiraron de la llamada dejándonos solos. Mikel aún veía las caricaturas con Aurora, y eso era algo que tomaría algo de tiempo.

- Y al final quedamos dos.

- Me alegro por eso.

- ¿Enserio? ¿A qué se debe?

Desabotoné mi camisa lentamente mientras observaba la expresión de sorpresa que se formaba en la cara de Marco. Su sonrisa se fue borrando y se evidenciaba el hecho de no saber cómo reaccionar.

- ¡Allison!

- No traigo bra... y sé que quieres verme. Solo tienes que decir... qué es lo que quieres...

- Y-Yo...

- ¿Qué dices, bebé? ~ ❤

- S-Sí... quiero ver-te...

Sonreí al escucharlo, era inevitable no hacerlo, me abrí la camisa por completo para él. Su expresión se volvió más calmada y se veía desilusión en su rostro, lo cual me causó un poco gracia.

- Dijiste que no traías brasier...

- Al menos te dejé ver algo, ¿no? je je... Tienes una mirada muy tierna.

- Joder, tarada, cómo juegas conmigo.

- Era necesario.

- ¿Para qué?

- Para terminar bien el día.

- ¿No estás contenta con el ascenso?

- Sí, lo estoy.

- ¿Entonces?

- Me gustaría estar contigo ahora.

- Oh... era eso. Tú también eres muy tierna a veces, sabes.

- Tampoco me mires así porque me darán ganas de besarte y no podría hacerlo ahora.

- Je, lo hiciste hoy temprano, boba.

- Aun así, tonto.

- Tú eres la tonta... ¿Cómo es que te amo tanto?

- Es porque soy maravillosa.

- Ya lo creo, ja ja.

- Ja ja, gracias por estar ahí... siempre.

- He querido hacer las cosas mejor desde hace un tiempo, y en parte fue porque se dio la oportunidad de volver a verte. Es... verdad que al principio quise negar todo lo que todavía sentía, y ya sabes cuáles eran los motivos, pero dentro de todo eres la mujer que amo.

- Joder, Marco, suenas tan cursi... y aun así me encantas. ¿Por qué me haces sentir tanto?

- ¿No te gusta sentir?

- A veces uno pasa tanto tiempo sin sentirse bien que prefiere no sentir más; pero contigo siempre se me acelera el corazón, idiota.

- Grandioso, ahora también me diste ganas de besarte.

- Ja ja, te amo, idiota.

- Igual te amo, Allison... Oye, por cierto, ya puedes ponerte de nuevo la camisa.

- Ah cierto, ja ja... aunque me estoy sintiendo cómoda.

- ¿Con la ropa?

- En todo... realmente.

- ¿O sea?

- Mi trabajo, mis días, mi relación contigo... sobre todo.

- ¿Es por lo que somos, verdad?

- Exacto, y es que ahora te veo como hombre y no como...

- Lo sé, y no niego que a veces sea extraño pero al final... no quisimos dejar esto.

- Lo sé, bebé, lo sé. Bueno... creo que ya es algo tarde.

- Tienes razón, además debo irme a dormir. Tengo... muchas cosas en qué pensar.

- ¿La entrevista?

- Es una de ellas, y será en un par de días.

- Mantenme al tanto, todo irá bien.

- Gracias, tarada. Por... todo.

- Soy yo la que debería decir eso.

- Je, cuídate, sí.

- Igual tú.

Tras el término de la videollamada me tumbé en la cama por unos minutos para pensar en todo lo que había pasado hasta ahora.

Esto ha pasado muy rápido... pero no mentí cuando dije que ese idiota me acelera el corazón. Su mirada, su voz, sus besos... Todo me encanta...

Me sobresalté al percatarme que había empezado a tocar ciertas zonas erógenas en mi cuerpo de una forma involuntaria mientras enumeraba las cosas que me gusta de Marco.

Joder, Allison, tranquila.

Mañana todo será distinto, por ende debería tener la mente centrada o, a lo mucho, alejada de esos temas. De repente, mi mirada se direccionó a mi maleta de viaje y pensé en lo que aún me faltaba por leer en aquel pequeño libro.

Ahora que lo pienso... mi mamá aún no me ha preguntado sobre esa libreta.

Ni siquiera entendía por completo el significado de sus letras, pero una cosa es clara y es que están llenas de sentimientos muy profundos y melancolía. Tras experimentar una extraña e inoportuna sensación, ya me encontraba abriendo la maleta y tomando el libro para continuar en donde me había quedado; sin embargo, escuché a Mikel que me llamaba desde lejos.

Decidí ocultarla y terminar después esa libreta tan misteriosa.

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Ha pasado mucho.

Es verdad que las responsabilidades llegan sin avisar, y a veces consume casi todo tu tiempo; aun así esta historia continúa como ha sido desde un inicio.

Hasta el siguiente capítulo.

ACSbooks.

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora