17. Parte 3.

331 11 2
                                    

Allison's  P.O.W

«Últimamente siento que las noches son más largas de lo que deberían ser, y que una voz dentro de mi cabeza siempre trata de decirme algo, pero nunca logro descifrar qué es. Trato de ser un padre decente, y no quiero que nadie me aparte de mi hija; sin embargo, existen momentos en los que no me reconozco y siento como si tuviera un agujero enorme en donde debería estar mi corazón. 

En los últimos meses he tratado de mejorar, y de superar; pero desde que ocurrió aquel fatídico acontecimiento mi vida dejó de tener tanto sentido. Los calmantes me han ayudado, no puedo negarlo. Las citas médicas a las que Analía me obliga a asistir de alguna forma son necesarias; y trato de tener la mejor cara posible en ellas. 

Aun así... ella sigue estando en mis recuerdos y, sobre todo, en mis sueños.»

Los primeros párrafos ya eran de por sí muy trágicos y sentimentales, casi como si no se pudiera seguir viviendo con un dolor así de fuerte dentro de sí mismo. Me tomé un momento para mirar por la ventana del avión y luego de bajar hacia Aurora, quien dormía tranquilamente, me dispuse a continuar.

«Ni siquiera sé por qué estoy escribiendo esta tontería recetada por aquel psiquiatra. 

Lo siento, no debería decir que pienso que esto es una tontería, aunque en realidad lo sea.

 Nunca fui un hombre tan vivo. Nunca tuve alguna ambición de por medio y mis días eran siempre igual .

¿Nunca te has cansado de ser tan aburrido? No, nunca lo había pensado.

César. Mi nombre es César y fue elegido por mi madre en honor a mi abuelo materno.

Mi familia siempre fue igual a mí. Nuestro ambiente muchas veces era más tolerancia que unión. Provengo de una cuna de gente promedio y con necesidades, como cualquier otra. En esos años las cosas eran más complicadas que ahora: la tiranía y corrupción azotaba al país, y los intereses de los primeros mandos nacionales iban antes. Así siempre ha sido.»

Algunas palabras estaban un poco borrosas en aquel pequeño cuaderno, por lo tanto, tenía que predecirlas de alguna forma. Era una libreta bastante antigua.

«Mi familia era de las que siempre han buscado alguna forma de sobrevivir. Sin embargo, por más esfuerzo que pusieran, habían conflictos contantemente por la noche. Las agresiones se hacían algo típico en aquella época, y muchos llegamos a desear que en un futuro pudiera llegar a detenerse ese nefasto hecho. Aunque no parezca tan posible. 

¿El ser humano podría encontrar la paz? ¿La tranquilidad? ¿La felicidad? En cierto punto parece ridículo preguntarse esto; porque cuando la encuentras solo es para perderla injustamente.»

No sabía qué pensar con lo que mis ojos leían, solo me limitaba a continuar.

«Mi niñez estuvo cargada con muchos acontecimientos detestables como los engaños maritales de mi madre, además de la embriaguez y acciones machistas de mi padre. Es triste pensar que lo únicos momentos memorables eran cuando había pan sobre la mesa, pero este al ser terminado, todo llegaba a apagarse. 

Las obligaciones escolares al final sí dieron algún fruto y pude comenzar mis estudios secundarios que terminarían a la edad de dieciocho años, todo después de repetir un año por estupidez ya que literalmente dediqué mi tiempo a cosas sin sentido. La verdad, dejó de importarme pero luego de la tremenda golpiza que me dio mi padre estando en estado de ebriedad tuve que resignarme y ser un mejor estudiante.

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora