22. Parte 1.

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La semana de exámenes había terminado. Los días últimamente pasaban de forma más rápida, quizás por el hecho de haberme vuelto más distante a mi familia. Luego de la conversación que tuve con Luciana logré darme cuenta que confrontarlos es un momento que tarde o temprano debía llegar. Después de todo, tengo que hacerlo si estoy seguro de lo que siento por Allison. 

Pensé muchas veces en las palabras adecuadas. Anoté algunas frases en mi libreta, a veces haciendo referencia a ciertos momentos importantes; pero al final siempre terminaba tachando la mayoría. Dejé de lado la idea de prepararme para ese momento, ya que era de esperar que la conversación se torne muy emocional. 

Un viernes por la mañana, antes de salir rumbo a la universidad, tras el desayuno les pedí hablar cuando llegase a casa. Pude percatarme de su sorpresa, aun así aceptaron. Durante el camino de regreso, medité mucho lo que podrían responder ante mi confesión. Posiblemente se enojarían, de hecho sería lo más acertado.

Fue así que al llegar noté que se encontraban sentados en los sillones de la sala. Tras un saludo y una cambio de ropa, me senté frente a ellos para poder iniciar de una vez.

— Gracias por querer hablar.

— No deberías agradecer, es lo mas normal, Marco.

— Siempre vamos a querer escucharte si necesitas decirnos algo.

— Dicen eso pero desde hace semanas simplemente me tratan como si fuera casi un extraño.

— ¿Por qué lo dices?

— Porque es así.

— ¿Dices que hemos sido un poco distantes?

— Muy distantes, mamá. A veces siento como si hubiera algo de mí que les molestara.

— Te quivoc-...

— Si ese fuera el caso, debieron decírmelo desde el primer momento.

Noté la expresión de incomodidad de mi mamá al oír mis palabras. Fue en ese preciso momento en el que me di cuenta que no habría vuelta atrás.

— Pero no era así de simple hacerlo, ¿verdad?

— Sabes que no, Marco. 

— Sí, lo imagino, Ryan; pero hace unos días te dije lo que pensaba con respecto a todo esto. Aunque... te oculté lo importante, así que creo debemos dejar todas las cartas sobre la mesa. 

— ¿Entonces era verdad?

Mi mamá solo miró confundida a Ryan para luego devolver la vista hacia mí.

—  Todo esto empezó cuando volvieron de viaje y sé que tiene que ver con Allison. 

— ¿Eso crees?

— Pues sí, mamá, estoy seguro de eso. 

— ¿Por qué lo crees?

— Ryan te contó sobre la historia de César y Helena, ¿verdad?

— ¿Esa historia, dices? Sí, y cuando lo hizo no lo pude creer. 

— No eres la única, mamá. Es una historia trágica en todo sentido, y a pesar de eso, solo ansiaban lograr lo que todo el mundo busca alguna vez: ser feliz.  Aunque... eso qué tiene que ver con Allison. ¿verdad? Bueno, en que la relación que teníamos con Allison y con la tía Beatriz pasó a ser indirecta.

— ¡A pesar de eso ellas siguen siendo de nuestra familia!

— No dije que ya no lo fueran, siempre lo serán; pero luego de saberlo, finalmente pude ver a Allison de otra manera. 

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora