De verdad, te amo... (Segunda parte de "PRIMOS...")

11. Parte 3.

Allison's P.O.W

¿Realmente estaba pasando esto? Parece algo tan inverosímil...

— E-Espera... Marco... ¿recuerdas dón-de estamos?...

— Claro que lo hago.

— ¿Entonces... por qué continúas besándome?...

Los cortos besos que repartía por mi cuello me provocaban un cosquilleo que a la larga me era difícil resistir.

— No soportas mucho esto, ¿verdad?...

— Sabes que... soy un poco sensible en ciertas zonas...

— Sí, la verdad es que lo sé muy bien.

Sentí cómo acariciaba suavemente mis brazos con las puntas de sus dedos. Es un gesto tan simple pero muy especial para quienes realmente lo aprecian.

— Bas-ta...

— ¿Cosquillas? je

— Idiota...

Con mis manos acerqué su rostro a mis labios para besarlo una vez más mientras él me sujetaba de los hombros. Apreté suavemente mis piernas envolviendo su torso tan cálido con el que mis pechos ligeramente chocaban.

Esta vez fui yo quien guio el beso con movimientos lentos y disfrutables. Todo sucedió en tan solo unos segundos, pero cuando me separé parecía como si hubiera pasado mucho más tiempo.

Al levantarme, él no dejó de mirarme.

— A desayunar, tarado.

— Yo... quizás demore un momento en...

Bajé la mirada y de inmediato entendí la razón.

— ¡No te burles!

— Ja. No lo haré.

A pesar de mis palabras, mis acciones decían otra cosa.

— Entonces iré a mi habitación hasta que estés... "más relajado".

Hice un notorio énfasis en la última parte para molestarlo. Él rio al entenderlo.

Antes de entrar y comprobar que nadie estuviera despierta, me di cuenta que había cruzado el pasillo con una sonrisa en el rostro, una sonrisa involuntaria.

Qué tonta...

Suavemente abrí la puerta la puerta; ambas dormían.

— Hey... mamá...

— ¿Di-me cariño?

— ¿Estabas despierta?

Al principio susurramos.

— De hecho... tú me acabas de despertar. ¿Por qué tan temprano? Incluso estás cambiada aunque algo despeinada.

— ¿Des-peinada? No me había dado cuenta...

— Ella aún duerme.

Fijamos nuestras miradas en Aurora, se veía tan tranquila.

— Anoche me comentaste un poco del tema pero, ¿cómo se encuentra?

— Está mejor, se podría decir que está casi sobrio.

— Vaya sorpresa ¿no?

— Nadie es ajeno a esas cosas...

— Bueno, eso es verdad. Prepararé el desayuno.

— No te preocupes, ya lo hice.

— ¿Enserio? ¿Por qué tan temprano?