6. Parte 3

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Las gotas de agua caían sobre mí mientras por la cabeza solo me pasaban los momentos de hace un rato. Realmente no podía creer que hiciéramos todo eso. En el tiempo que pasamos viviendo juntos pude darme cuenta del nivel de perversión que posee pero no creí que yo también lo tuviera para seguirle esos juegos. Aunque me agradó mucho.

Esa mujer siempre despertará algo en mí.

Pese a convivir durante un tiempo, tengo presente el hecho de que no la conozco completamente a pesar de frecuentar cuando éramos niños hasta dejar de vernos durante nuestra adolescencia. Es por eso que nos emocionaba la idea de volver a pasar tiempo juntos; la relación que teníamos, el sentir que nos daba tantas conversaciones, al igual que aquella sensación agradable de la presencia del otro, todo eso era increíble. O bueno, al menos yo lo sentía así...

Ella siempre ha sido muy difícil de comprender. Aun así, la quiero y me cuesta mucho dejar de hacerlo. ¿Qué es este sentimiento? ¿Algo pasional? ¿Alguna obsesión desenfrenada o un cariño incomprendido?

Allison... ¿Qué es lo nuestro?

Tomé las toallas y terminé de secar mi cuerpo, me vestí exceptuando la camiseta que tenía en manos. Miré por unos segundos el espejo que se encontraba colgado delante de mí. Pensé en todo esto y en mi situación, ¿era algo normal? Por supuesto que no, ¿pero desde cuándo yo me he sentido como alguien "normal"?

Dejé la camiseta a un lado al percatarme que mi cabello seguía mojado así que me dispuse a secarlo. Mantuve la mirada adelante mientras lo hacía. Recorrí mi reflejo completamente, medité sobre lo que era y lo que quería. Pensé por unos momentos quién rayos era.

¿Cuántos hemos hecho esto alguna vez?

Cuando ya traía puesto la camiseta toqué la realidad al recordar que debía de estudiar para los exámenes parciales.

— Bueno, quizás es momento de centrarme en otra cosa.

Me dije a mí mismo antes de sentarme y colocar los libros sobre el escritorio. Abrí uno que titulaba "Derecho Comercial", ese donde el maestro solo habla y habla en clase. No había pasado más de media página cuando me llegó un mensaje al móvil.

— Ya salí de la ducha, ¿seguimos hablando?

Allison.

¿Ahora? Pero trato de... espera, ¿y si se encuentra en toalla? ¿Y si ni siquiera se ha terminado de secar bien el cuerpo?...

¿¡Pero qué estoy pensando!?

Bueno, si me escribió ha de ser por algo, no puedo solo menospreciar su mensaje. Podría decirle que no y continuar leyendo sobre los tipos de contratos existentes o...

— En un momento entro a la laptop.

Marco.

Soy un IDIOTA.

Cuando respondió mi videollamada la pude ver con una camiseta negra y el cabello ligeramente húmedo. Parecía no traer nada más en la parte inferior del cuerpo, asumo que solo la braga y quizás hasta podría estar descalza. Anteriormente me había mencionado que viste así estando sola.

— ¿Y qué tal la ducha?

— ¿La ducha? Pues al menos eso fue relajante.

— ¿Eh? ¿A qué te refieres?

— Lo siento, es... bueno... ugh.

— ¿Sucede algo?

— No, bueno, de hecho... es por ese imbécil.

— ¿O sea el...?

— Sí, el imbécil padre de la niña.

— ¿Qué sucedió?

Espero no arrepentirme de haber preguntado.

— Había terminado de secarme y estaba eligiendo mi ropa, en eso veo que me llaman entonces fui a contestar. El idiota ese me dijo que iban a venir a ver la lavadora malograda pero que no iba a estar presente. ¿¡Qué putas tiene en la cabeza al pensar que yo me sentiré segura o si quiera cómoda al saber que algún hombre desconocido va a entrar a este departamento y que se va a quedar cuando estoy completamente sola!? Así sea por trabajo, no me parece para nada.

— Entiendo el punto, al fin y al cabo es una persona desconocida. Estás en tu derecho de reclamar.

— Pero para ese idiota de mierda no es así; no le interesa mi opinión, solo la suya.

— Lamento eso.

Su expresión cambió de golpe al oírme. Pareciera como si se hubiera dado cuenta de lo que estaba diciendo o cómo estaba actuando.

— No, yo lamento que vieras todo esto.

— ¿Todo qué?

— Todo lo que digo y por cómo actúo, o sea no debería desquitarme en frente de ti. Sé que tú eres una gran persona, Marco. No mereces oír todo esto.

— No es cómo si aún creyera que sigues siendo la chica con la que viví hace algunos años atrás. Tienes una hija, posiblemente has pasado por muchas cosas y eso te ha hecho madurar de alguna manera. Con todo esto, vienen problemas pero aun así deberías pensar en dejar de vivir ahí.

Quizás fue un poco egoísta decir eso.

— Por el momento no puedo pensar en eso.

— Sí, lo sé. No me hagas caso.

— No, claro que sí. Gracias más bien por escucharme. Necesitaba hablar con alguien de esto aunque no me guste admitirlo, je.

— Me alegra ayudar.

— ¿Entonces... ya no me ves cómo tu querida primita inmadura, eh?

— No, claro que sigues siendo inmadura.

— ¿E-Eh?

— Ja, mira nada más tu expresión.

— Idiota.

— Pero ya no eres tan inmadura como antes.

— ¿Y eso es bueno?

— Creo que sí.

— Tampoco es como si tú fueras muy maduro, eh.

— Lo sé, idiota. Aunque intento mejorar.

—Así es la vida, ¿verdad?

— ¿Cómo?

— Pues un constante cambio, donde uno mismo va a pasar por mucho hasta llegar a convertirse en lo que es en su presente. Sé que aún recuerdas nuestro pasado, ¿pero pensaste alguna vez que serías lo que hoy eres? Yo por ejemplo no pensé que sería madre.

— Eso fue por estupidez.

— Sí, pero igual... tuve que adaptarme a lo que soy ahora, cambiar e intentar mejorar sin dejar de ser yo.

— Bueno, yo no pensaba que sería universitario. Siempre tenía en mente que debía de lograrlo pero había dejado de creer en mí hace mucho tiempo atrás.

— Pero ahora lo eres.

— Gracias a las personas que no dejaron de creer en mí.

La ligera sonrisa de Allison se desvaneció de inmediato y cambió la mirada hacia otro lado.

— Marco...

— ¿Sí?

— Perdóname por no haber estado en ese entonces para poder apoyarte.

— Ah, eso. Allison, las cosas pasaron así pero al menos ahora lo estás, ¿no es así?

Al oírme, volvió la antigua dirección de sus ojos: directos hacia mí.

— ¿Verdad? je

Levemente sus finos labios volvieron a una sonrisa ligera.

— Obvio que sí, idiota. ~ ❤

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora