5. Parte 1

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Marco's P.O.W

Pasaban los días y todo es una rutina conocida. Las clases se daban de forma normal y al llegar a casa de vez en cuando realizaba una llamada con ella. Nos contábamos cómo nos iba o de lo cansado que terminábamos el día; sin embargo los fines de semana casi no hablábamos: la labor de madre te consume todo el tiempo. Nunca pensé que viviría esta situación.

El haber tenido que aceptar mis sentimientos tan confusos de esta manera es algo que no voy a superar fácilmente, y menos con el hecho de aquella incógnita de qué pensará ella día a día.

Al menos cuando vivía aquí podía preguntárselo cuando lo necesitara, en cambio ahora a lo mucho podemos hablar dependiendo de las circunstancias de cada uno. A menudo suelo pensar en todo esto a mitad de clase, cuando mi mente sede a la tentación y a la falta de concentración.

No es un secreto que sentir algo por alguien que no puedes ver en persona es muy complicado. Esto era uno de los puntos por los cuales no quería volver a hablar con ella, si en caso lograra despertar en mí los sentimientos que hubo ayer.

Pero ya no hay manera de retroceder. Mi hoy es lidiar con todo ello y con el hecho de estar creciendo cada vez más. Ya soy un adulto de veintidós años y llevo cursando la mitad de una carrera universitaria.

Ya no puedo vivir la fantasía de un adolescente: una experiencia de sexo y travesuras. Aunque nunca llegué a pensar todo esto como una travesura. Debo ser responsable de lo que he dicho, o bueno, al menos me gustaría serlo.

Lamentablemente la vida no se trata de solo querer, ya que esta es impredecible. Nadie sabe lo que puede pasar.

Lo sé ahora, y lo supe cuando la besé aquella primera vez.

- Joven. ¿Podría decirme cuál es la respuesta?

- ¿E-Eh?

Me sobresalté al escuchar la voz de mi maestro y eso delató mi distracción en frente de todos en clase.

- ¿En qué diablos pensabas?

- Cosas tontas, Natt.

- No esperaba más de ti.

- Qué cariñosa.

- ¿Acaso es sobre tu padre?

Me quedé en silencio unos segundos mientras seguimos caminando. Salir juntos es algo habitual cuando terminamos el día en la misma clase.

- Uhm... no realmente. Las cosas no van tan mal, he visto el apoyo en estos últimos años. Parece mentira.

- ¿Por qué?

- Porque hace tiempo ni siquiera quería saber de él y pensé que no necesitaba hacerlo nunca. Que no necesitábamos de alguien más.

- ¿Y no era así?

- Pues no. Me conoces y no soy una persona con gran iniciativa ni de tanta responsabilidad. Cuando me conociste era más desastre de lo que soy ahora. Me cuesta admitirlo pero sin ese apoyo que dio ese sujeto pues...

- Sigues pensando tan mal de ti, ¿eh?

Me detuve involuntariamente.

- ¿Sigues...?

- Claro.

Se volteó a verme.

- No es un secreto el cómo te has visto todo este tiempo, Marco.

- ¿Y cómo sería?

- Te ves de una manera tan equívoca. Eres lo que eres porque quieres y no porque nacieras así. Tú decides lo que quieres ser.

- Pero, Natt...

- Intenta verte de mejor manera. Hay muchas personas que no valen la pena y tienen el autoestima tan grande que los vuelve vanidosos. En cambio, personas como tú, son maravillosas pero tienen una imagen de ellos por el suelo.

- ¿Maravillosas?

- Amas a tu madre con el corazón y siempre has apoyado a tus compañeros en este tiempo. Estos años que te conozco me han dicho que eres alguien que vale la pena y mereces que alguien lo note.

- La forma de verme, ¿eh? Creí que no era tan obvio en ese tema, je.

Sonreí de vergüenza.

- Lamento desilusionarte.

Me devolvió la sonrisa.

- Y si caes, levántate como un fénix, ¿vale?

- Vale.

Fénix, ¿eh? A decir verdad siempre me atrajo aquella ave mitológica.

Continuamos nuestro camino hacia la salida.

- ¿Quién lo diría? La pequeña Natt me hace sentir mejor.

- No te emociones, idiota.

- Y ya volvió la vieja Natt.

- ¿A quién le dices vieja? Tú eres mayor que yo.

- Solo por pocos meses.

- Es igual, además ni siquiera sé cómo llegamos a ese tema.

- Ni yo.

Pero gracias...

Nathaly ha sido una gran amiga este tiempo, nos hemos apoyado y hablado cuando lo necesitábamos.

A veces me hubiera gustado contarle sobre Allison pero siempre tuve el miedo de que me juzgara por eso. Con Jane fue diferente, tal vez el hecho de gustarle hizo que ese asunto no fuera tan importante pero no creo que otra persona lo tome tan bien.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por una presencia que se acercaba a nosotros.

- Oye, ¿sabías que iba a venir hoy?

- ¿Qué? ¿Quién?

- Allá.

Al ver a quién me refería ella se sorprendió.

- ¿Qué haces aquí?

- Es una pequeña sorpresa, boba.

Natt se retiró las gafas, fue directo a abrazarle para luego lentamente acercarse a sus labios y besarlos. Para ellas parecía un momento eterno ya que cuando cerraron los ojos se llegaron a entregar por completo en solo unos segundos.

Al final de la muestra de cariño me miraron y la vergüenza se les notaba en la cara.

- E-Es bueno verte, Marco.

- Lo mismo digo, Lu. Bonita escena, por cierto.

Bromeé.

- ¡Cállate!

- Tranquila, Nathy.

Ella sonrió.

Es una gran persona a pesar de que la conozco poco tiempo.

- Bueno, señoritas. Me retiro, nos veremos después.

Devolvieron mis despedidas y continué mi camino.

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Lamento no haber actualizado, he estado algo ocupado y seguiré así. Cuando pueda habrá capítulo.

ACSbooks.

De verdad, te amo...  (Segunda parte de "PRIMOS...")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora