13

1.7K 294 8
                                    

Sintiéndome una mierda crucé el salón lleno de gente hasta encontrar la mesa con chupitos de tequila. Me bebí tres seguidos, con el último sentí que se me movió un poco el piso, la cabeza me daba vueltas y tenía una fiesta frente a mis ojos.

Había ido a divertirme. No a estar triste.

Terminé montado sobre una mesa rodeado de personas. Muchos me gritaban lo bueno que estaba, yo los veía borrosos, pero me gustaba estar a esta altura. Ahí arriba nadie me tocaba, sólo me contemplaban.

Vi a Mew parado en una esquina de la habitación.

Yo comencé a bailar, para nadie más que para él.

Pero luego perdí la noción del tiempo, bailé lo que pudieron ser horas.

Un chico que no conocía me ayudó a bajar de la mesa cuando necesité hacerlo. Salí volando al baño, debía vomitar.

-¿Puedes solo? -preguntó mi guardaespaldas cuando estaba a punto de cerrar la puerta.

Vomité un par de veces. Luego enjuagué mi boca y pasé agua por mi rostro.

Era momento de marcharme.

Mi cabeza daba vueltas. No sé qué tan obvio era, pero cuando finalmente estuvimos fuera, Mew me tomó de la muñeca y me preguntó:

-¿Te encuentras bien?

-¿Tu qué crees? -estacionamos el auto un poco lejos, por lo que tuvimos que caminar.

Estaba lloviznando, me gustaba sentir las gotas en mi piel. Me detuve para disfrutar de ellas un poco más.

Hasta que recordé que no estaba solo. Mis ojos se encontraron con los de él, que me observaban sin ningún disimulo.

-Vamos a casa. -dijo en lo que casi pareció una súplica.

<<a casa>> se escucha tan acogedor esas palabras saliendo de su boca. Me produjo una sensación de calidez.

-Quiero pasear. -contesté girando sobre mis talones y emprendiendo un camino cuesta abajo.

Era una zona bastante prestigiosa, aquello me daba seguridad. Pero no tanta como la que Mew me producía.

Me detuve frente un lugar que llamó mi atención. Siempre había querido hacerme un tatuaje.

Entré empujando la puerta y la campanilla sonó.

Mew entró atrás de mí y lo escuché respirar para sí. El lugar tenía un aspecto gótico... antes que pudiera seguir observando, apareció un tipo todo tatuado y perforado.

-Dime que eres tú quien va a tatuarse y no él. -le dijo a Mew.

No entendí su comentario.

-Nadie va a tatuarse. -contestó Mew. -Gulf, ¿Podemos irnos? -preguntó tomándome del brazo.

-No. -me solté de él. -Y soy yo quien va a tatuarse, ¿Crees que no traigo dinero o cuál es el problema?

El chico sonrió de lado.

 -Los chicos como tú no llevan adornos de ningún tipo, precioso. -giró hacia Mew. -Llévatelo de aquí, está pedo, mañana te culpará.

Volvió a intentar agarrarme pero no lo permití.

-No estoy pedo, sé perfectamente lo que hago, y quiero un tatuaje. Es mi cuerpo, puedo tatuarme la cara si se me antoja.

-Eso sería una lástima. -dijo el tipo. -¿Ya sabes lo que te quieres hacer?

Como si fuera posible. [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora