Como si fuera posible. [MewGulf]

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-Empecé en las calles, apenas teníamos para comer y pasar hierva era lo más fácil. El barrio en el que vivía la droga era el pan de cada día.

Yo estaba sentado en la cama simplemente escuchándolo hablar, él estaba en un sofá, lejos de mí. Ambos ya estábamos vestidos.

-Inicié a los catorce. Jerry siempre lo supo y me odió por ello, pero ambos comíamos gracias a aquel dinero.

Notaba por sus ojos que recordar todo aquello le dolía.

-A los dieciséis me convertí en un drogadicto. -admitió. -Heroína.

Sentí inmensas ganas de empezar a llorar.

-Tu padre me encontró. -siguió y clavé mis ojos en él. -Me ayudó a desintoxicarme. Vio algún tipo de potencial en mí. Pagó a la mafia con la que trabajaba para que me dejaran libre y luego me metió al ejército. Cuando me gradué con honores, volvió a pagar, pero esta vez para enseñarme todo lo que sé. Era el mejor, y él lo sabía.

Una parte de mí quería dejar de escucharlo, que me dijera que era una puta broma, sin embargo, necesitaba que terminara.

-Y entonces tu padre me ofreció trabajar para él. No era como lo que había hecho antes. Tu padre manejaba una de las rutas más grandes del país.

-Para. -le pedí, pero me ignoró.

-Hace unos meses una mafia rusa afincadas en Miami intentó arrebatarle a tu padre aquella ruta. Iniciamos un operativo para intervenir. Yo era quien lideraba, pero todo salió mal. El hijo de uno de los narcotraficantes más importantes de Rusia murió en el tiroteo. -por primera vez, levantó la vista hasta mí. -Buscan vengarse, Gulf.

<<Ojo por ojo>> Ahora entendía.

-Y por eso quieren matarme.

Asintió. Se levantó y dio unos pasos hacia mí.

Levanté una mano para que se detuviera.

-No te me acerques. No puedo creer que siempre lo supiste y me lo dices ahora, imbécil.

Mew parecía listo para mi rechazo, y aún así vi en sus ojos que mis palabras le habían dolido.

-Lo siento tanto.

-¿Entonces... -lo interrumpí cuando se me vino algo a la mente. - ...por qué no me mataron cuando me secuestraron?

Algo cruzó sus ojos pero se apresuró a ocultarlo.

-Seguimos sin entender eso, hemos llegado a pensar que no fueron ellos. El punto es que esa es la razón por la que tu padre se alió con Derek Kozel. Él es el único que tiene el poder para enfrentar a los rusos.

No podía creerlo. Había llegado a pensar que mi padre había estafado a muchas personas, pero no esto.

Mis lágrimas comenzaron a salir y Mew volvió a intentar acercarse.

-¡Ni se te ocurra tocarme! -rechisté levantándome de un tirón.

Dios mío, mi hermana.

-¡Grace!

-Tu hermana está bien. La cosa no es con ella.

Intenté ir hasta la puerta, pero fue más rápido y con su cuerpo la bloqueó para que no pasara.

-¡Quítate! ¿¡Cómo pudiste mentirme todo este tiempo!?

-Hacía mi trabajo.

-No puedo creerlo. -un sollozo se me escapó. -¿Y aún así dejaste que folláramos sabiendo que eres un maldito mentiroso?