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Quería que viniera, pero conocía su resistencia. Mew Suppasit tenía el aguante que muchos envidiarían.

Provocarlo había sido mi objetivo número uno de la semana. Estaba muy molesto con él, no sólo por haberme mentido; sino que ahora por su culpa, Derek podía observarme cuando quisiera.

Una parte de mí aún deseaba que Mew mandara su trabajo a la mierda y me sacara de aquí. Que pudiéramos irnos, pero nada podía estar más lejos de la realidad.

Entonces sólo me quedaba volverlo loco y romper ese muro de autocontrol, no hay nada que deseara más. Era mi venganza por lo fácil que se rindió, por lo poco o nada que había luchado por mí.

Entró dando un portazo y se detuvo en medio del estudio.

-¿¡Esto es lo que buscas!? -me preguntó con las pupilas dilatadas y la respiración agitada. -¿Te gusta verme así?

-Me encanta verte así.

Apretó los labios y en dos pasos ya estaba delante de mí.

Cerré los ojos cuando su boca chocó con la mía y por un instante me olvidé de respirar. Me tomó por la nuca con fuerza y con la otra mano me puso las mías detrás de la espalda.

Jadeé cuando sentí su erección clavándose en mi estómago.

-Mew... -supliqué cuando se separó de mi boca, no sin antes chuparme el labio inferior con fuerza y dirigirse al cuello.

-Cállate. -me ordenó mientras su boca alcanzaba el lugar donde Bright me había hecho el chupetón después de rogarle que me ayudara a darle celos a Mew. Se negó al principio, pero terminó aceptando con tal de que me callara.

Con mi amigo me había reído por las cosquillas que me causaba en el proceso. Y por el contrario, la succión de los labios de Mew en mi piel me la ponía dura como una roca en segundos.

Me rocé con su pantalón casi desesperado por sentir algo que me ayudara a calmar el dolor que sentía en mi cuerpo.

-Dile a tu amiguito que si te vuelve a tocar lo mato.

Me soltó cuando vio que me removía inquieto y dio dos pasos hacia atrás, jadeando igual que yo.

-No juegues conmigo, Gulf. -dijo al mismo tiempo que su pecho subía y bajaba.

-El juego lo empezaste tú. -contesté deseando tirarme a sus brazos. -¿Qué tal se duerme en el coche?

Mew me fulminó con la mirada. Estaba comportándome como un cabrón, lo sabía, pero mi orgullo me animaba a seguir provocándolo.

-Cuando salga por esa puerta esto que estás haciendo se terminará. Soy tu único aliado aquí, no lo eches a perder.

Me besó con fuerza una vez más y luego salió por aquella puerta.

En el fondo sabía que tenía razón. Todo se había ido a la mierda ya. Estos días invadiendo las camas de mis mejores amigos no fue lo más genial, pero no podía asimilar que un idiota que intentó abusarme me observara. Además de que todos en la universidad se dieron cuenta de que no era normal que tres grandes topos me siguieran a todos lados.

Mew estaba irreconocible. Además de que estaba más frío que el polo norte, también se había vuelto más estricto respecto a mi seguridad. Parecía sospechar de todo el que se me acercara.

Dos semanas con este infierno, y me estaba volviendo loco. Quedé con Win en un restaurante, tenía planeado convencerlo para que saliéramos de fiesta esa noche. Al principio se negó de ir al mismo antro donde Bright trabajaba. Al final se dio a mis encantos.

Como si fuera posible. [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora