Como si fuera posible. [MewGulf]

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Busqué a Win por toda la discoteca, no lo encontré, tampoco a Bright ¿Casualidad? No lo creo. Sonreí ante aquella idea.

Vi que Earth y Mild bailaban con un grupo de personas, así que me les uní. Hasta que en cierto momento, acabé bailando solo.

Dios, deseé ir hasta Mew y abrazarlo mientras la música nos movía.

¿Por qué no se acercaba y bailaba conmigo?

En cambio, ahí estaba con otro chico que se le había acercado, y claro, ahora resulta que es lo suficientemente amable como para decirle que se largara... o tal vez éste sí le gustaba.

Da igual lo que hubiera dicho antes, si yo realmente le gustara habría hecho más. Sería mi novio y no mi guardaespaldas, habría matado a golpes al imbécil de Derek, pero no, prefería su trabajo.

De repente, alguien me abrazó por detrás, de no ser porque el susto me hizo voltear de prisa, hubiera creído que era alguien más.

-Sólo de mirarte se me pone dura, Gulf. -dijo Mauricio.

-Qué romántico.

-Eres hermoso. Siento lo que te hice, lo supe cuando te perdí.

Mauricio fue del primero en el que creí estar enamorado y me rompió el corazón. Que pidiese disculpas significaba algo para mí. Aunque ahora entendía que lo que sentí por él fue nada.

Sin darme cuenta nos alejamos hacia un lugar con menos gente y menos ruido.

-¿Recuerdas nuestro primer beso?

-Recuerdo el último.

Sentí un nudo en el estómago al recordarlo. Fue una noche, luego que estuvimos a punto de hacerlo, finalmente me eché para atrás y dijo que no importaba. Me trató muy tierno. Luego me fue a dejar en su auto hasta mi edificio y nos dimos aquel último beso. Antes de irse me dijo que me quería, al día siguiente me enteré de todo.

Aprovechando mi distracción, estampó su boca contra la mía, sentí asco. Su lengua se movía de forma brusca.

Lo empujé con fuerza y lo mismo de siempre se volvió a repetir. Sólo que esta vez no estaba asustado, iba a poner en práctica lo que Mew me había enseñado...

Pero desapareció de mi vista.

Mew lo había apartado de un tirón y lo había lanzado al suelo.

-¡Eh! ¡Podía solo! ¿Así cómo quieres que yo aprenda? -le cuestioné.

-Nos vamos de aquí. -dijo tirando de mi mano hacia los ascensores.

-¡Suéltame! -no lo hizo.

Vi cómo un guardia se nos acercaba para intentar ayudarme, pero parpadeé y el guardia ya se estaba llevando la mano a su labio ensangrentado.

Mew se cansó de mis resistencias y reclamos y me levantó con un brazo enrollado en mi cintura, entró conmigo al ascensor y dentro me puso de nuevo en el suelo.

-¡Tú estás loco!

-He visto a alguien, tenemos que irnos de aquí.

¿Quería que me creyera esa mierda?

-¡Estás celoso, ese es tu problema!

Mew me miró con incredulidad y con pánico cuando las puertas del ascensor se abrían y dos tipos apuntándonos con armas nos esperaban.

Mew tiró de mí hacia atrás cubriéndome con su cuerpo y el sonido de un disparo sonó antes de que terminara de procesar lo que estaba pasando.

Mew actuó de prisa. Con un disparo seco justo en la muñeca logró que uno de los atacantes perdiera el control de la pistola, y que se le cayera fuera de su alcance. Luego dio otro disparo a su brazo, notaba que la intención de Mew no era matarlos, hasta que vio al otro sujeto apuntándome y no lo pensó dos veces para matarlo.