06

1.8K 295 16
                                    

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue un papel doblado frente a mí. Medio dormido lo leí, era de Bright.

No he querido despertarte. Mereces descansar. Nos vemos el miércoles para cenar y ver una peli.
Te quiero, hermoso.

Sonreí, agradecía que las cosas seguían siendo iguales al menos con Bright, que los miércoles seguían siendo nuestros días.

Miré el reloj junto a mí en la mesita de noche.

¡Mierda! Las once y media.

Pegué un salto y corrí hasta el armario, me puse unos vaqueros y una camiseta de rayas azules, me puse los zapatos y corrí al baño para lavarme la cara y los dientes.

Salí volando de mi habitación y pegué un brinco cuando vi a Mew allí. Iba vestido con vaqueros, una camiseta gris y unos tenis blancos.

¿Era el mismo Mew que me había recogido ayer en el aeropuerto? ¿El que parecía un director de banco?

Estaba bebiendo café con una de mis tazas. Dios mío, estaba tremendo.

<<¡No asustas! ¡Más bien enamoras!>>
Me hubiera gustado gritárselo, pero todavía me quedaba dignidad.

-Llego tarde. -dije acercándome al armario de la cocina y estirándome un poco para alcanzar mi termo rojo. Un brazo se estiró por encima de mi cabeza y lo agarró. Al girarme, estaba mucho más cerca de lo que esperaba. Tomé el termo con mucha lentitud. -Gracias.

Calenté unos segundos mi leche para después ponerle un poco de miel. Mew frunció apenas el ceño pero no le presté atención.

-¿Nos vamos? -asintió.

Salimos y pedimos el elevador. Su olor era exquisito, casi me produce un orgasmo ahí mismo.

Toda esta situación me estaba volviendo loco. Entendía que ahora mismo estaba encubierto para parecer un joven cualquiera que asiste a la universidad. Pero, ¿qué pensaría la gente? Podrían malinterpretarlo si alguien notaba que estaba todo el tiempo tras de mí.

Por eso desobedecí su orden del día anterior, y me metí en el asiento del copiloto.

-Debes sentarte atrás, Gulf.

Otra vez el cosquilleo por escucharlo pronunciar mi nombre.

-No eres mi taxista, Mew. -saboreé su nombre en mis labios también. -Es extraño que vaya sentado atrás. Es algo bastante obvio, la gente se hará preguntas.

Me puse el cinturón. Mew apretó los labios y puso el auto en marcha. Sonreí, se sentía bien salirme con la mía.

Luego de un rato volví a hablar.

-Una de mis preocupaciones es que no pasarías como un estudiante fácilmente, pero sí lo pareces. Ahora, si vamos juntos a todas partes, la gente pensará que estamos juntos.

Ya quisiera yo.

-Lo que piense la gente no debería importarte.

-No quiero que sepan que eres mi guardaespaldas.

-Vaya, ¿Qué quieres entonces? Porque soy tu guardaespaldas.

Miré su perfil, su tono a veces me molestaba.

-Para aquí. -dije cuando llegamos al parqueadero. Un poco lejos de mi facultad. Prefería caminar a que alguien nos viera llegar juntos.

Extrañamente Mew me obedeció por segunda vez en el día.

Como si fuera posible. [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora