56

2.2K 90 14
                                    

Todos demostraban lo felices que estaban, era una hermosa celebración, las novias estaban más que alegres, disfrutaban tanto su pequeña celebración y eso se podía ver en sus rostros

Sin embargo, la amargura estaba presente en una persona la cual veía desde lejos y envidiaba completamente la felicidad de los recién casados y de todos los presentes en general, si no hubiese sido por sus malas decisiones seguramente estaría al lado de todas esas personas celebrando felizmente.

Simplemente dio media vuelta y se retiró del lugar, no necesitaba ver más, se sentía una escoria y no sabía cómo remediar las cosas, pero cuando pensaba en intentar remediarlo inmediatamente recordaba lo sucedido y se retractaba, pensaba que hacía lo correcto... Pero no era así.

-Cariño, ¿algún día podremos tener una boda así?- cuestionó Paisa a su contrario, se veía muy feliz al imaginar una boda con Johan.

-Te prometo que dentro de un año nos casaremos, nuestra boda será más hermosa que la de ellas- respondió Johan con una sonrisa a su contrario, los ojos del menor brillaban, se veía emocionado.

-¡Gracias, Johan!- exclamó el menor para después abrazar al antes mencionado, ambos estaban siendo felices en ese momento, aunque el recuerdo de Cristóbal le regresaba a la mente a Johan lo ignoraba y se concentraba en el presente, olvidaba el pasado con frecuencia debido al amor que estaba recibiendo de Paisa, sí, aún lo extrañaba puesto que fue una parte importante de su vida, pero debía dejarlo ir y avanzar.

-Pero algo sí te prometo, si algo llegase a suceder antes de poder casarnos te prometo enteramente que te buscaré en mi próxima vida, es la misma promesa que se hicieron Calle y Poché, así que te prometo amarte en esta y las próximas vidas, ahora hay que sellar esa promesa- pronunció Johan con sinceridad, acarició con delicadeza el rostro de Paisa el cual, con lágrimas de felicidad en los ojos, no esperó más para besar a Johan, quería sellar esa promesa puesto que su vida no estaba tan segura ahora, en cualquier momento podrían morir sin previo aviso, y eso era lo que tanto temían.

-Ustedes, par de tórtolos, vengan para acá, hagamos un brindis nosotros 6- los llamó Poché a lo que ambos chicos se separaron de ese beso con un leve sonrojo en su rostro, sin embargo, se pusieron de pie y caminaron hacia esas 4 personas que se habían convertido en su familia y en su apoyo en tan poco tiempo.

-Brindemos por nuestras nuevas vidas, dejemos el pasado atrás y comencemos de nuevo siendo una gran y muy unida familia, estaremos aquí por unos cuantos años sin problemas, sin embargo, tendremos que regresar algún día y los asaltos serán aún más frecuentes, pararemos un tiempo como ahora y seguiremos después, así que brindemos por una vida nueva, salud- tras Poché decir aquello los otros 5 hombres levantaron sus copas para después, de un solo trago, terminar la bebida.

-Gracias, Poché, honestamente quería asesinarte en un principio, pero ahora me doy cuenta que gracias a ti tengo una persona maravillosa a mi lado, te agradezco de todo corazón- expresó Johan con una amable sonrisa, los demás estaban sorprendidos, jamás imaginaron que eso podría suceder, pero era mejor para todos el solucionar y dejar atrás el pasado.

-Entonces, ¿amigos?- cuestionó Poché con un tono calmado, ahora se sentía en paz y estaba un tanto feliz por no tener que temer el que Johan los delatara... Pero el destino les tenía preparada otra jugada.

-Amigos- respondió Johan sin borrar su sonrisa. Todos sabemos lo orgulloso que Johan es, pero esto es un gran paso para él, eso significa que está perdonando todo, inclusive a él mismo.

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora