38

1.6K 89 5
                                    

Maratón 5/?

1 semana después...

-¿Por qué no he tenido noticias sobre los fugados? Se supone que el mismo maldito día tenían que estar aquí, digo, si Poché hubiera muerto ese día los criminales ya estarían aquí- dijo el superior con un tono entre burlón y molesto.

-Seguramente se están escondiendo como ratas, pero no te preocupes, dame una semana para tenerlos a todos aquí- fue la respuesta que dio Johan el ahora jefe de la prisión.

-Una semana, Vera, solo una semana, si no lo consigues serás tú el que irá a la horca- aquel hombre respondió, seguía sin creer que tuvieron al criminal más buscado en prisión y, que de un día para otro, haya escapado con tres oficiales a su mando.

-Sí, gruñón, lo que tú digas- el menor de ambos rodó los ojos, odiaba recibir órdenes, de la única persona que las recibía era de su jefe, ahora difunto.

-Nos vemos la próxima semana, Vera, espero que tengas la capacidad suficiente como para poder encontrar todas las ratas- tras decir aquello salió de la oficina cerrando detrás de él la puerta, inmediatamente Johan arrojó de un solo golpe todas las cosas que se encontraban sobre su escritorio, estaba furioso.

-¡Maldita sea! ¡¿Por qué tuve que confiar en él?! ¡Hicimos un maldito trato!- gritaba y golpeaba el escritorio, creía que Calle había faltado a su palabra, pero las cosas eran diferentes, Calle estaba cumpliendo tal y como acordaron, sin embargo, Johan no creía que existiera probabilidad de que la peliazul siguiera viva.

Sin dejar pasar más tiempo salió de su oficina, todos los oficiales abrían paso, no querían hacerlo enfadar aún más.

-¡Escúchenme bien! Necesito 20 patrullas buscando por tierra y necesito 3 helicópteros buscando por cielo a los malditos hijos de perra que son Daniela Calle y los demás, así que es mejor que se muevan porque no descansaremos hasta encontrarlos, ¡¿entendieron?!- lo único que quería en ese momento era encontrarlos y asesinarlos a todos, era lo que más deseaba.

-¡Sí, señor!- respondieron todos los presentes para después comenzar a salir del lugar, la mitad salía y la mitad se quedaba con los prisioneros.

Johan soltó un pesado suspiro, estaba estresado, tenía tantas ganas de tomar a Calle por el cuello y acabarla , pero debía contenerse.

-Verás que los encontraré, se van a arrepentir de todo...

...

-Al fin llegamos, creí que jamás saldría de ese maldito hospital- la peliazul se quejó, odiaba estar en hospitales.

-Por fin tendremos una habitación para nosotros solos sin que enfermeras y doctores entren y salgan- respondió la menor de ambas tras cerrar la puerta de la habitación de la peliazul la cual ahora ambas compartirían. Poché se tiró a la cama dispuesta a dormir, se sentía agotada y estresada.

-Ven a dormir- ordenó en un tono juguetón.

-Lo que ordene mi ama- fue la respuesta de la castaña, no pudieron contener una risita, por primera vez se estaban olvidando del mundo y concentrando en ellas, pero eso no duraría por mucho tiempo.

-Hay algo de lo que quiero hablar contigo- tras decir eso, la mayor se incorporó y tomó las manos de su contrario, sus miradas estaban sobre los ojos del otro, Poché continuó- Sabes muy bien que tienes que comenzar otra vida fuera de aquí, dejarás todo lo que conoces, incluyendo a tu familia, amigos, perro si es que tienes. Lo que quiero decir es que vamos a empezar una nueva vida juntos, no te involucraré en robos u otros crímenes, es lo que menos quiero, pero estaremos viajando constantemente por el mundo entero, no hay vuelta atrás, ¿de acuerdo?- Poché no quería forzarla a hacer cosas que no quisiera, habían algunas cosas que Calle aún podía decidir, pero habían algunas otras que no tenían segunda opción.

-Sí, estoy consciente de eso desde que decidí ayudarte a escapar, no tienes que recordarlo, lo sé perfectamente- fue la respuesta de la menor la cual mantenía una sonrisa en su rostro, Poché no pudo evitar abrazarla, por primera vez creía que todo su mundo se estaba arreglando para bien, estaba totalmente enamorada.

-Entonces sólo descansaremos hoy y mañana aquí, después nos iremos del país para no regresar hasta dentro de muchos años...

...

-Esta es tu habitación, Daniel- informó Mario mientras dejaba al menor en su ya mencionada habitación, se sentía una gran tensión en el ambiente, ninguno de los había conversado durante esa semana que Paisa estuvo en el hospital, era incómodo para ambos.

-Vete- el menor ordenó, no tenía ganas de verlo por más tiempo.

-Patiño, tenemos que hablar...- el mayor fue interrumpido.

-¿Patiño? ¿En verdad me llamaste Patiño?, deja de hablar de forma tan estúpida, me llamo Daniel, ahora vete de aquí- fue frío, bastante frío, pero estaba dolido y aunque no fuera correcto ser así con su mayor no podía ser de otra manera con la persona que le rompió el corazón en mil pedazos.

-Deja de actuar como el maldito niño que eres, ¿ahora entiendes por qué amo a Sebastián? ¿Lo entiendes? Él sabe comportarse como el hombre que es, no como un maldito niño- fue hiriente con sus palabras, tanto que el menor no aguantó el darle un puñetazo en el rostro, las lágrimas recorrían su rostro, se sentía aún más dolido. Mario se mantuvo firme, nada le hubiera costado devolverle el golpe pero algo lo detuvo, quería hacerlo, en verdad quería hacerlo, pero simplemente se quedó quieto, deteniendo la sangre de su labio con su camisa.

-Lárgate ahora por las buenas- el tono de su voz y su mirada habían cambiado, estaba furioso y, a la vez, destrozado. El azabache simplemente dio media vuelta furioso y confundido. El menor no hizo más que cerrar la puerta de la habitación, tirarse en la cama y lamentarse por sus decisiones.- Te odio, Mario, te odio tanto- intentaba convencerse...

...

-... Entonces mi pie se atascó en la salida del ducto de ventilación, estábamos a punto de escapar, Poché ya estaba en el auto y tuvo que regresar por mí, estuvieron a nada de atraparnos, los oficiales ya estaban llegando, tenía tanto miedo que me puse a gritar como loco, fue ahí cuando Poché me dio un puñetazo y me dijo "¡Cállate, idiota! ¡Si nos atrapan te meteré pica pica en el ano, idiota!"- ambos estaban riendo, Paula no podía contener tanta risa.

-¿Y después qué hicieron, amor?- cuestionó la menor, nunca se había reído tanto en su vida.

-Esa parte ya no es tan divertida porque nuestros hombres bajaron de los autos y comenzaron a disparar a los oficiales, ese día tuvimos muchas bajas, todo fue por mi culpa- inmediatamente las risas desaparecieron, el rostro del mayor reflejaba tristeza y arrepentimiento. -Debo admitir que los extraño, fueron menos bajas que las que hubieron cuando rescatamos a Poché y Mario. A lo largo del tiempo vamos perdiendo a nuestros hombres, pero esa vez y la del rescate fueron las que más me han dolido. Son como nuestra familia y el hecho de perderlos duele demasiado, pasamos tanto juntos que te encariñas de todos y perderlos en el campo de batalla en cuestión de segundos es doloroso- sentía un ligero dolor en el pecho, era demasiado triste para él, sus hombres eran como su familia... La que nunca tuvo solo con ellos.

-Juntos los protegeremos a todos, no dejaré que existan más bajas, primero daré mi vida...

______________________________________

¿Cómo están? (No me dejen así 🤡)

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora