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Maratón 2/?

Calle no quería aceptar que podría ser la última vez que le diría aquellas palabras, quería que todo fuese una maldita broma o un mal sueño del cual quería despertar de inmediato, no soportaba tanto dolor.
Cerró con fuerza los ojos esperando encontrarse con todo solucionado cuando los abriera, pero no fue así. Al abrirlos solamente sintió que todo estaba perdido, quería morir en ese mismo instante.

-Te amo, te amo tanto, María José, eres lo que más he amado y siempre amaré en toda mi vida, no me dejes, por favor, no me dejes- sollozaba cual niña, sus manos temblaban y sus lágrimas se volvían cada vez más fuertes. Mario estalló en lágrimas, se hacía el fuerte, pero ya no pudo más. Fue ahí cuando todos se derrumbaron, el escuchar a Mario llorar significaba que las cosas en verdad estaban mal, sabían que quizá no se salvaría ni la líder, ni su pareja. Era tan doloroso.

-B-bésame...​Tal y como l-lo hiciste...​La primera vez...- Poché pidió, no quería irse sin antes besar una vez más a la persona que más amaba. Calle, sin dudarlo, acercó sus labios a los de su amada y así, la besó.

La menor sentía que su corazón se rompía en mil pedazos, no quería despedirse, no quería, pero tampoco quería arrepentirse de no haberlo hecho. Fue entonces cuando Poché comenzó a recordar todo lo bueno y lo malo que pasó al lado de la menor, pero no solo esos recuerdos lo invadieron, también cuando conoció a sus dos mejores amigos, cuando hicieron su primer crimen, incluso cuando asesinó a sus padres, todas esas memorias llegaban a ella y la envolvían de tantas emociones, sin embargo, llegó un momento en el que dejó de sentir todo eso, como si no tuviera más emociones, como si se hubieran esfumado. Pronto dejó de sentir lo que sucedía a su alrededor, solo podía escuchar los llantos de todos. Entonces dejó de ejercer presión contra los labios de Calle la cual, al sentir esto, inmediatamente se separó de su enamorada.

- Poché, abre los ojos, mírame- suplicó la menor, pero no había ninguna respuesta de parte de la peliazul- por favor, mírame- rogaba mientras movía un poco a la más baja, aún no había reacción alguna de la chica, ni la habría.- ¡ María José! ¡Abre los ojos, carajo! ¡Mírame! ¡Háblame! ¡Dime que me amas, joder! ¡Dime cuánto me amas! ¡Dime que me amarás eternamente! ¡Dímelo!- gritaba con desesperación, los demás solo podían mirar y guardar silencio, o eso intentaban.

-Mario, detén la camioneta- pidió Sebastián el cual estaba pálido, sentía que se desmayaría en cualquier momento.

-¡No detengas la camioneta! ¡Sigue conduciendo y llega al maldito hospital!- Calle ordenó a gritos.

-Calle, por favor, cálmate- pidió Paula, se sentía tan mal.

-¡Cierra la boca! ¡Aquí nadie se va a detener!- fue la respuesta de aquella dolida chica.

-¡Ya está muerta, carajo! ¡No podemos hacer nada por ella! ¡Acéptalo!- fue la respuesta de Mario, el cual aún seguía conduciendo. No quería ser cruel con Calle, pero también estaba desesperado.

-No, no está muerta, aún no, por favor conduce hasta allá- suplicó para nuevamente recostar su cabeza en el pecho de Poché- Regresa a mí, mi amor, no me dejes sola, no me abandones, te necesito tanto, te amo, te amo, perdóname por todo, en verdad perdóname...

...​

-Daniel Patiño está estable, solamente estará inconsciente por unas horas, quizá días- el doctor informó, habían logrado sobornarlo a él y a unos cuantos enfermeros.

-¿C-cómo está Poché?- cuestionó Calle, sus ojos estaban rojos e hinchados por tanto llorar.

-Aún no lo sabemos, está en observación, la trajeron a tiempo, quizá hubiera muerto, sin embargo, aún no se descarta esa posibilidad, lo único que puedo decirle es que está muy delicada y quizá no pase la noche, solo debemos esperar. En unas horas estaré de regreso con ustedes- tras decir eso, regresó por donde vino.

Calle cayó al suelo de rodillas, fue afortunada al no perderla, pero aún existía la posibilidad. Rápidamente Paula se colocó a un lado de su amiga y la abrazó intentando consolarla, sin embargo, Calle necesitaba los brazos de Poché para poder estar bien, la necesitaba a ella para poder seguir viviendo.

-Mario- Calle lo llamó, el azabache inmediatamente fue con ella.

-Dime- respondió, por un lado se sentía aliviado ya que Paisa estaba a salvo, sin embargo, temía por la vida de su mejor amiga.

-Si Poché muere quiero que me mates- pidió, su mirada estaba perdida, se sentía incompleta, vacía.

-¿Qué? No, claro que no lo haré- fue la respuesta del más alto.

-Lo harás porque por mi culpa Poché se está muriendo, si no hubiera sido por mí ella estaría aquí con nosotros así que, si en verdad son mejores amigos y quieres vengarte, mátame- no sentía que valiera la pena seguir vivo si Poché no estaba con ella.

-Calle, eso es algo que...- el mayor fue interrumpido.

-Si no lo haces tú estoy seguro de que alguien más lo hará, te tengo más confianza a ti así que quiero que tú lo hagas. Entonces, ¿lo harás o no?...​

...​

-¡¿Por qué carajos los dejaste ir?!- reclamó el jefe de los militares a Johan el cual estaba tranquilamente sentado en el asiento que era del jefe.

-Es una venganza para el jefe- fue su respuesta, jugueteaba con un lápiz y mantenía una gran sonrisa en el rostro.

-¡¿En verdad es una venganza el dejarlos libres?! ¡Eres un completo idiota!- exclamó con furia.

-A ver, anciano, ¿aún no lo has entendido? ¿Quieres que te lo explique con manzanas?- cuestionó de forma sarcástica, el mayor simplemente se quedó en silencio esperando una explicación por parte de Johan- los dejé salir con una condición, si Poché vivía ellos podrían vivir felices el resto de sus vidas...- fue interrumpido

-¡Qué estupidez más grande!- el viejo no podía molestarse más.

-Shhh, guarda silencio y déjame continuar porque se viene la mejor parte- dijo Johan con una gran sonrisa burlona.

-Continúa- ordenó el mayor con suma seriedad.

-Bien, entonces, si Poché vivía serían libres para siempre, pero, si Poché moría todos ellos se tenían que entregar, incluyendo los tres oficiales traidores, los dos jefes que siguen después de Poché y los fieles hombres, aquí acabaremos con todos y la tarea será mucho más fácil- Johan explicó.

-¿Y? No le encuentro lo bueno a eso- dijo el mayor. Johan soltó una risa algo aterradora y, para finalizar, agregó:

-La cosa aquí es que, después del tiro que Poché se llevó, va a ser muy difícil que este pueda salir viva...

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¿Quién más odia a Johan?

Es el último cap por hoy mañana continuo con lo que queda del maratón.

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora