21

2.2K 117 3
                                    

-¡¿Estás completamente segura de eso?!- cuestión Sebastián mientras hacía puños con sus manos, estaba tan furioso, tanto que quizá podría asesinar a Paula con sus propias manos, pero no lo haría, no ahora.

-¿Hay alguna razón para mentir? Ya te lo dije, tus amigos están en peligro, si me quieres creer o no es tu problema- la menor se cruzó de brazos y frunció el ceño.

-¡Maldición! Necesito sacarlos de ahí cuanto antes- el mayor se puso de píe, caminó velozmente hasta la puerta de la habitación y tomó la perilla con la intención de salir de ahí, pero antes de siquiera poder abrirla Paula dijo:

-No seas idiota, si vas solo y sin un buen plan te atraparán y ellos habrán ganado- y esas simples palabras hicieron que Sebastián estallara en lágrimas, él siempre había sido fuerte pero estaba tan desesperado que solo quería matarse y terminar con todo, las cosas no eran como en un cuento, la realidad era mucho más compleja.

-¡¿Entonces qué hago?! ¡Morirán si no hago algo rápido!- reclamó a la menor como si este tuviese la culpa sobre algo, Paula no pudo sentirse más triste, se sentía inútil por no poder ayudar a aquel hombre que estaba rompiéndose en mil pedazos frente a ella.

-Ven aquí- al decir aquello extendió sus brazos con la intención de abrazar a su contrario para poder calmarlo, pero este no confiaba en Paula.

-¿Acaso quieres que te abrace? No seas estúpida, jamás abrazaría al enemigo- tras decir aquello salió de la habitación para comenzar a planificar el rescate de su mejor amigo y el amor de su vida. Paula no tuvo otra opción que ir detrás del mayor, no lo dejaría hacer nada solo.

...

-Otro trago- pidió Paisa mientras intentaba ahogar sus "penas", quería olvidar las palabras de Mario, ese hombre del que se había enamorado desde hacía algún tiempo pero que por temor y orgullo no dijo nada, no expresó aquello que tanto había querido.

-Aquí tiene- respondió el barman al entregar la copa al hombre que intentaba frenar el llanto para no verse estúpido, pero simplemente no podía.

-Dime, ¿acaso no soy un buen hombre? ¿Parezco poca cosa? ¿Soy un inútil? Carajo, ¡¿Por qué no pudo fijarse en mí?! ¡Soy la mejor persona del mundo! Mario debería amarme solo a mí- tras decir aquello tomó la copa y de un solo trago el objeto de cristal quedó vacío.- Pero soy un completo idiota, debería ser tratarlo mejor y mostrarle mi lado amable, quizás así logre enamorarlo- levanta la copa para que el barman le prepare otro trago.

El chico solo pensaba y pensaba en la forma de conquistar a su mayor, quería que Mario se olvidara completamente de Sebastián, así que, después de tanto pensarlo una genial idea llegó a su mente. Tal vez pensó en aquello por el gran nivel de alcohol que se encontraba en su cuerpo puesto que la idea parecía un tanto loca, pero ya estaba decidido.

-Lo liberaré junto con Poche, estoy seguro que así me ganaré su corazón...

...

Los días comenzaron a transcurrir con normalidad a excepción de Paisa el cual estaba intentando ser un poco más amable con Mario el cual ya había notado ese cambio, claro no le había tomado ni la más mínima importancia, creía que el menor se había enamorado y por eso estaba de tan buen humor, pero jamás imaginó que esa teoría era cierta y que el que ahora ocupaba el corazón de Paisa era el mismo Mario.

Paisa parecía desesperarse ya que sus esfuerzos por enamorar al mayor eran en vano. No quería pedirle consejos a Calle puesto que estaría aceptando que perdió la apuesta, así que mejor actúa tal y como su corazón le dicta, pero tampoco quería parecer un aprovechado, sin embargo, sus opciones se estaban agotando y necesitaba actuar rápido.

-Grandulón, despierta, ya te dejé dormir demasiado así que despierta por las buenas, recuerda que hoy te toca baño- dijo el menor cuando entró a la celda del azabache el cual ni siquiera se movía.- Mario, despierta, no estoy jugando- ordenó el más bajo mientras se acercaba al catre donde se encontraba su contrario, pero este seguía sin moverse, no respondía nada, Paisa, preocupado, quitó la manta sucia que cubría a su mayor el cual estaba profundamente dormido. El menor se alivió al ver que nada malo estaba sucediendo y que solamente estaba dormido.

Sonrió ligeramente y acarició el rostro del mayor- Tan lindo- pensó. Mario se veía tan tranquilo, con una enorme paz y eso también tranquilizaba a Paisa- Quisiera besarlo, voy a besarlo- se dijo a sus adentros para después ponerse de rodillas frente al más alto. Sin pensarlo tanto comenzó a acercarse lentamente al rostro de su contrario y, antes de juntar sus labios con los del mayor, cerró los ojos para disfrutar más del momento.

Sus labios se juntaron en un delicado beso, Paisa no podían sentirse más feliz y, a la vez, nervioso. Fue un beso que no duró más de 10 segundos ya que la parte tímida del menor temía que Mario despertara, pero la parte descarada no querían un solo beso así que volvió a juntar sus labios con los del más alto, el cual dormía tranquilamente.

-Basta, basta- Paisa se dijo a sí mismo tras separarse del segundo beso, tenía un notorio sonrojo en el rostro, pero aún así no se detuvo. Volvió a besar a Mario, pero esta vez no salió como las anteriores, el mayor abrió los ojos de par en par al notar que el menor posaba sus labios en los de él.

Dudó unos segundos pero finalmente lo hizo...

...

-¿Te lo imaginas? Cuando salga de aquí podremos hacer todas esas fantasías realidad, ya escucho a todos mis hombres y a tus amigos felicitándonos por nuestra boda- Poche se sentía emocionada al imaginar ese momento, pero Calle solo podía angustiarse y deprimirse, ella más que nadie sabía que eso no podría suceder.

-Sí, ya lo imagino- se limitó a responder mientras miraba hacia el cielo azul.

-¿Qué pasa? ¿No te emociona eso?- cuestionó Poche al escuchar la respuesta tan seca de su contraria, hacía algunos días que la notaba rara.

-No es que no me emocione eso, me siento igual o hasta más emocionada que tú- respondió sin quitar la mirada del cielo, se sentía un tanto tranquila al mirarlo.

-¿Entonces? Estás actuando extraño desde hace unos días- respondió la mayor sin quitar la vista de su amada, quería que también la mirara pero simplemente veía el cielo.

-Poche, necesito decirte la verdad...

Como ven tenemos nueva portada!
Le agradesco enormemente a bianahernandez por hacerme la portada, le quedo muy bonita.

Como lo prometí, aquí tienen el primer capitulo de los 2 que les prometí, seguramente ya subi el otro.

Ahora mismo ya esta publicada la historia se llama:

Coachella - Vallan a verla a ver que les parece

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora