46

1.2K 77 0
                                    

-Entonces esta cabaña será mía, tendremos que vivir en parejas así que, como todos saben, Daniela se quedará conmigo, como ya tienen sus hogares definitivos asignados pueden escoger a su compañero y acomodar sus pertenencias, cuando hayan terminado de eso vendrán conmigo para llevar el control de las cabañas y ver con quién se quedará cada uno, después de eso nos reuniremos en un par de horas para cenar, ¿de acuerdo?- Poché estaba seria, demasiado a decir verdad, todos podían notar el mal humor que tenía justo en ese momento.

-¡Sí, Jefa!- respondieron todos para después retirarse, los únicos que quedaron ahí fueron los cuatro oficiales, el líder y los dos jefes, necesitaban arreglar varios asuntos.

El silencio era incómodo, nadie sabía cómo comenzar porque si decían alguna palabra incorrecta podían desatar la furia de Poché, y no les gustaba verla furioso. La amada de Poché fue la primero en hablar:

-¿Nos seguiste hasta acá?- cuestionó, necesitaba tantas respuestas en ese momento, pero debía ser más lista, ir preguntando de forma estratégica para averiguar 100% la verdad.

-¿Seguirlos? Claro que no, llegué aquí hace dos días, no tenía idea de que ustedes también vendrían- respondió sin tartamudear, estaba diciendo la verdad.

-¿Por qué huiste de Colombia?- fue la siguiente pregunta, estaba intrigada desde hacía un buen rato, mejor dicho, desde que escuchó las noticias.

-El jefe de los militares dijo que si no los encontraba me iba a asesinar a mí, me dio una semana para dar con su paradero y el tiempo se me estaba acabando así que no tuve otra opción más que huir- explicó, no quería que ellos se enteraran de aquello pero no tenía otra opción, eran capaces de asesinarlo ahí mismo.

-¿Qué relación tenías con Cristóbal?-
Poché soltó, a partir de ahí era como decidiría si perdonarle la vida o no, era una importante decisión así que esperaba no cagarla.

-¡¿Eso a ti qué mierda te importa?!- respondió de forma agresiva, no quería que le preguntaran más de él.

-¡Carajo! ¡Solo dime la relación que tenías con ese idiota! ¡¿Tanto te cuesta decirlo?!- hizo enfadar más la peliazul, Calle le tomó la mano intentando tranquilizarla, no quería que se hiciera más daño, además, no debía hacer tanto esfuerzo debido a la herida de la bala la cual aún no cerraba completamente.

-¡Era mi pareja! ¡¿Estás feliz?!- su cuerpo estaba temblando, no de miedo, sino de furia, quería golpear a Poché en ese momento pero debía esperar el momento adecuado.

-¿Alguien más sabía de su relación?- fue la siguiente pregunta de Poché, necesitaba tranquilizarse para no cometer una estupidez.

-No, nadie más, solo él y yo- respondió un poco más tranquilo, no quería poner su vida en peligro.

Poché se quedó en silencio unos segundos mientras pensaba su respuesta final, sabía que esa maldita respuesta podía llevarlos a su perdición así que necesitaba decidir bien. Todos lo observaban ansiosos por su decisión, inclusive el mismo Johan. Poché soltó un pesado suspiro y respondió:

-Te quedarás con nosotros si eso deseas, estarás protegido por mis hombres, además, te perdonaré la vida...- el azabache lo interrumpió.

-¡¿Qué?! ¡¿Después de casi asesinarte le vas a perdonar la vida?! ¡¿Es enserio?!- Mario estaba enfadado, no, estaba celoso, sabía que Johan tenía todo para poder conquistar a Paisa cosa que le aterraba, quería a Paisa solo para él, para nadie más.

-Mario, no es por nada pero esta decisión la tomé yo, no estoy pidiendo la opinión de ninguno de ustedes, si puedes ver, Sebastián no se está metiendo con mi elección y tú tampoco deberías hacerlo- fue la respuesta Poché la cual no quería discutir con él azabache, suficiente dolor de cabeza ya tenía.

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora