28

1.7K 122 5
                                    

-¡No dispares!- el mayor se colocó frente a Paisa en forma de protección.

-¡Mario!- exclamó el mayor con sorpresa, inmediatamente subió a la camioneta y abrazó a su menor.- Lo siento, Mario, lo siento mucho, creí que eras alguien más- Sebastián comenzó a disculparse, se sentía fatal.

-¡Sebastián! ¡Qué alivio verte de nuevo!- fue la respuesta de Paisa, ya había pasado un tiempo desde la última vez que se vieron. Sebastián se separó un poco para poder mirarlo al rostro y, al mirar los ojos rojos e hinchados de su contrario, miró hacia un lado, ahí estaba Paisa, entre la vida y la muerte.

-¿Qué sucedió?- se separó completamente de él y, Paula al mirar el estado de su amigo, no pudo contener las lágrimas.

-¡Paisa! ¡¿Qué fue lo que le pasó, Mario?! ¡¿Por qué está así?!- sus manos estaban temblando, tenía tanto miedo de perder a uno de los pocos amigos que tenía.

-Le dispararon, un oficial le disparó en el pecho, por suerte el chaleco antibalas lo ayudó un poco, sin embargo, Calle me dijo que tiene un problema en el corazón y que seguramente la impresión hizo que se desmayara- Mario explicó intentando hacerse el fuerte, en ese tiempo que ambos llevaban saliendo Paisa se convirtió en su todo y ahora estaba a punto de perderlo.

-¿Dónde está Daniela?- fue la pregunta de Paula quien estaba a punto de salir corriendo de ahí.

-Sigue dentro junto con Poché y nuestros hombres- contestó, no podía pensar en nada más que en el bienestar de Paisa, solo quería regresar el tiempo y ser ella a quien el oficial disparó.

-¡¿Qué?! ¡Hay que sacarlas de ahí!- recordó los disparos que habían escuchado hace unos minutos y no pudo evitar llorar con desesperación. Estuvo a punto de bajar de la camioneta hasta que Sebastián la tomó del brazo.

-Tú no irás a ningún lado, te quedarás aquí con Paisa- fue la orden de su mayor.

-¡¿Estás loco?! ¡Es mi mejor amiga! No puedo dejarla ahí, necesito ir, necesito rescatarla...- antes de poder decir otra cosa lo interrumpió.

-¡Paula! ¡Escúchame! Te quedarás aquí con Paisa, no quiero que te vayan a hacer daño, ¿de acuerdo?...- hizo una pausa al procesar lo que acababa de decir, inmediatamente su rostro se volvió serio, se sentía estúpido, sin embargo, siguió e intentó "reparar" su error-...​No quiero que te conviertas en una carga para nosotros allá dentro, así que te quedas aquí y, si en 20 minutos no regresamos, enciendes la camioneta y te vas a la guarida junto con Paisa, allá te estarán esperando 5 hombres en la puerta- explicó- ahora relájate y quédate aquí sentada, volveremos pronto- Paula tomó asiento a un lado de Paisa, sabía que era lo mejor, no quería estorbar.

Mario rápidamente se colocó el chaleco antibalas y tomó un arma, Sebastián también se preparó listo para una "guerra". Ambos chicos bajaron de la camioneta, sin embargo, Mario subió de nuevo y dejó un ligero beso en los labios de Paisa, lo abrazó con delicadeza y susurró a su oído- Te amo, Dani, siempre lo haré, por favor, resiste un poco más- tras decir esto volvió a dejar un pequeño beso en los labios del menor- Paula, cuídalo mucho- pidió y bajó.

Se sentía realmente mal porque parecía que se estaba despidiendo de él, pero lo que no sabía era que Sebastián había visto todo, este tenía un enorme nudo en la garganta, lo había perdido, había perdido al hombre que tanto amaba, sintió su corazón romperse en mil pedazos, Paisa ahora era el dueño del corazón de Mario, y Sebastián ya no podía hacer nada para revertir esos sentimientos del azabache.

-Sebas, andando- fue lo que dijo Mario para sacar a Sebastián de sus pensamientos, este último simplemente asintió y siguió al hombre que amaba.

Enamoradas en Prisión {Caché G¡P}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora